Un grupo de monjas de la Congregación de Siervas de Cristo Rey «fue forzada» a salir de la Catedral de Managua después de tres décadas apoyando con la administración de dicho templo aunque la agrupación en total suma 74 años al servicio del pueblo pinolero. En correspondencia con su voto de orden a la autoridad eclesiástica, las monjas deben abandonar esta labor en los proximos días.
El 21 de enero de 2024, durante su misa dominical, el cardenal Leopoldo Brenes anunció que «las monjas tienen la necesidad de ir a otra misión» y, sin mayores explicaciones, dio por terminada la labor de dicha organización. Durante la eucaristía, el líder religioso expresó su agradecimiento a la congregación a través de una placa conmemorativa.
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De acuerdo con el periodista Miguel Mendoza, las monjas «fueron sacadas y obligadas a retirarse bajo la excusa de cumplir otras misiones». Según fuentes del exreo político, «ellas se fueron muy disgustadas por la forma en que se les quitó el trabajo que realizaban».
Mendoza, en una publicación de su cuenta de X, compartió que las monjas detendrán su trabajo en la catedral capitalina debido a que «los padres que quedan en la Catedral de Managua serán los administradores». Por lo tanto, el periodista opinó que «algo está pasando en el templo religioso, allá quien no lo quiera ver».
74 años de servicio
La Congregación Siervas Misioneras de Cristo Rey comenzó a funcionar de manera oficial el dos de febrero de 1950, día en el cual las primeras seis monjas dieron sus santos votos perpetuos, incluyendo a su fundadora, madre Albertina Ramírez. Algunas de las actividades que realizaba la organización eran ser auxiliares del clero católico, la promoción humana y el apoyo a la educación.
En esta última categoría, la congregación fundó el Colegio Cristo Rey, con sedes en Managua, Carazo y San Carlos; Colegio Stella Maris, en San Juan del Sur, Rivas; Colegio Regina Mundi, en Chontales; entre otros. Después de la salida de las religiosas, el futuro de estos centros es desconocido.
Sin embargo, su mayor reconocimiento es que, desde antes de la culminación de sus obras, las monjas administraron la Catedral de Managua. Desde 1991, la congregación trabajó en el manejo del templo religioso, como también buscaba donaciones para su mantenimiento.