Este 2024, la Cuaresma inicia el 14 de febrero, con el miércoles de ceniza. El año pasado, a los nicaragüenses el régimen de Daniel Ortega les bloqueó los actos de piedad religiosa propios de esa temporada, como los viacrucis, procesiones y otras tradiciones. Fue un año de una brutal ofensiva contra la Iglesia católica.
A inicio de enero de este año, la dictadura no permitió, por ejemplo, que la imagen de San Sebastián saliera a las calles de Diriamba, por lo tanto, los fieles católicos se vieron obligados a realizar sus actividades religiosas dentro del templo. La Policía del régimen mantiene su amenaza contra los sacerdotes si le llevan la contraria y sacan a las calles las imágenes.
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«¿Nos veremos obligados a tener un año más donde meditamos la pasión de Cristo dentro del templo? Porque los actos de piedad religiosa se mantienen prohibidos en este país sin ningún argumento, debido a la persecución del gobierno contra los religiosos por alzar su voz profética», remarcó Luisa Mercado, de uno de los templos católicos de Granada.
Hechos que duelen
En la Semana Santa del año que recién finalizó, se calcula que se dejaron de realizar más de tres mil procesiones en las vías públicas del país, porque a ningún sacerdote se le permitió salir en procesión con imágenes como ocurría en el pasado, antes del orteguismo.

El año pasado, el padre Edwin Román desde su exilio en los Estados Unidos aseguró que Nicaragua vivía una Semana Santa “escandalosa e inaudita”.
En Nandaime, la Policía arrestó al periodista Víctor Ticay por dar cobertura a una actividad religiosa que intentaron realizar unos fieles, pero que al instante fue cercada por agentes armados.
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El régimen acusó al comunicador de difundir información falsa y conspirar para desestabilizar “la integridad nacional” por lo cual recibió una condena injusta e ilegal de ocho años de cárcel.
Por: Voces Unidas