En otro reconocimiento más para sus sirvientes, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo eligió al diputado de la Asamblea Nacional, el «camaleón» Wilfredo Navarro Moreira como el nuevo presidente de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua (AGHN), uno de los centros históricos más importantes del país.
Los opositores califican a Navarro de ser un personaje que «muda la piel» cada cierto tiempo, ya que sus ideales políticos cambian de acuerdo a quien tenga el máximo poder de Nicaragua. O según quien le pague. Aunque antes fue defensor ardiente de Arnoldo Alemán, actualmente se alineó en las filas Daniel Ortega, hecho que demostró cuando en 2017 recorrió algunas zonas del país para hacer una campaña propagandista por el régimen orteguista.
En ese año, realizó una ruidosa aparición en un evento propagandista en Santo Tomás, Chontales. Navarro arengó en una tarima contra sus antiguos correligionarios y ensalzó a sus nuevos patrones. Para ese entonces, Navarro esgrimió como prueba del «desarrollo» del sandinismo la instalación de los parques Wi-Fi.
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Una vez que su antiguo partido político, el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), quedó disuelto, Navarro logró con magistral habilidad colarse en posición privilegiada en la lista de candidatos a diputados del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Después de que el régimen le otorgó una silla en el Parlamento Nacional, el funcionario orteguista pidió al pueblo «una avalancha de votos sandinistas para continuar con el progreso».
En marzo de 2022, el Departamento de Estado de los Estados Unidos designó nuevas sanciones, a través de la Ley Renacer, contra Navarro y otros ocho altos funcionarios del régimen. Según el país norteamericano, el diputado orteguista y los demás trabajadores fueron acusados de «socavar los procesos democráticos», de defender injusticias e imponer su ley en los juicios políticos. Un mes antes de esta penalización de Estados Unidos, Navarro había acusado a la confiscada Universidad Centroamericana (UCA) de ser «un centro de terrorismo».
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Ahora, la Academia de Geografía e Historia, que se encarga de promover los estudios de Geografía e Historia de Nicaragua y Centroamérica, está bajo el mando de este funcionario orteguista.
Los otros miembros de la Junta Directiva
Según el anuncio de la vicedictadora, difundido la tarde de este viernes, 15 de diciembre, por los medios oficialistas, la mayoría de los miembros de la junta directiva de la institución educativa fueron renovados. Además del nombramiento al funcionario orteguista, el régimen también asignó a Clemente Guido como vicepresidente y al doctor y poeta Jorge Eduardo Arellano, como secretario. Este último ya había fungido, desde 2002, como presidente de la misma entidad.
Murillo agregó que el resto de integrantes de la directiva son: Ligia Madrigal Mendienta, tesorera; Róger Norori, primer vocal; y Carlos Alemán Ocampo, segundo vocal. La vicedictadora felicitó a los miembros y aseguró que cada uno de ellos realizará un «excelente trabajo».
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De acuerdo a su sitio web oficial, la AGHN fue «establecida en Nicaragua el 20 de septiembre de 1934, por un grupo de ciudadanos preocupados por la geografía y la historia nacionales. La organización educativa tuvo como miembros honorarios al poeta y ensayista Pablo Antonio Cuadra, a Jaime Chamorro Cardenal, quien fue periodista y presidente de la junta directiva del Diario La Prensa, y a Fabio Gadea Mantilla, propietario de Radio Corporación.