A través del acuerdo presidencial no. 234-2023, Daniel Ortega oficializó la salida de Carlos Antonio Midence como su embajador ante la República de Argentina, una medida tomada a pocos días de la asunción al poder del ultraderechista Javier Milei, quien abiertamente ha llamado dictadura a la administración orteguista y había advertido que evaluaría el retiro de sus delegados en países como Nicaragua, Cuba, Venezuela o Corea del Norte, países amigos y socios de Managua.
La Cancillería nicaragüense, que coordina Denis Moncada Colindres, emitió un comunicado el lunes, cuatro de diciembre, donde informaba que el gobierno tomó la decisión de retirar de su puesto a Midence debido a las «reiteradas declaraciones y expresiones de los nuevos gobernantes», refiriéndose al presidente electo por los argentinos, Javier Milei, que tendrá su investidura el próximo 10 de diciembre.
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Durante la campañas política en Argentina, el periodista peruano Jaime Bayly entrevistó a Milei. Una de sus preguntas fue que si al llegar a la Presidencia tendría relaciones diplomáticas con dictaduras comunistas. El ahora presidente electo de Argentina respondió de manera clara en ese momento que «no era una posibilidad y que a las dictaduras se les condena». Milei agregó que también se «les retira embajadores a Venezuela, Nicaragua, Cuba, Corea del Norte, Irán y a los autócratas como Rusia».
Sin embargo, fue hasta en La Gaceta de este jueves, siete de diciembre, que se publicó ese mandato. «Dejar sin efecto el nombramiento del compañero Carlos Antonio Midence, en el cargo de embajador extraordinario y plenipotenciario de la República de Nicaragua ante el Gobierno de la República de Argentina con sede en la Ciudad de Buenos Aires», dice el escrito publicado en el diario oficial.
Midence había asumido ese puesto el 17 de marzo de 2022 y su salida queda marcada este siete de diciembre, ya que La Gaceta especifica que «el acuerdo surte sus efectos a partir de esta fecha».
Anteriormente, Midence se había desempeñado hasta el 10 de marzo de 2022 como embajador en España, país del que fue retirado como representante de la dictadura de Daniel Ortega ante el Gobierno de Pedro Sánchez aduciendo que su diplomático era víctima de «continuas presiones» y «amenazas» que calificó de «injerencistas»