A punto de cumplirse dos meses de su secuestro, el régimen orteguista aún no brinda ninguna actualización sobre el paradero de Brooklyn Rivera, líder del partido indígena Yapti Tasba Masraka Nanih Asla Takanka (Yatama). La desaparición forzada mantiene preocupados a los familiares del diputado y demás integrantes de la agrupación política que exigen a los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo dar una prueba de vida del diputado.
Por medio de las redes sociales, la organización Sé Humano empezó una campaña para difundir y visibilizar el caso del máximo líder del agrupación Yatama.
La abogada, activista política y miembro de la Unión Democrática Renovadora (Unamos), Ana Margarita Vijil también compartió en su perfil oficial de Facebook la campaña de Sé Humano y pidió a sus seguidores que se sumen a la iniciativa. «Libertad para Brooklyn Rivera y las más de 90 personas presas políticas en Nicaragua», escribió.
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Mientras que el economista Enrique Sáenz publicó en su cuenta de X un mensaje de apoyo donde exigió la libertad y una prueba de vida de Rivera y de su diputada suplente Nancy Henríquez, quien también es una lideresa de Yatama que fue secuestrada mediante engaños por la Policía orteguista. «Brooklyn Rivera también tiene derechos. Si aspiramos a vivir en un país con respeto a los derechos humanos debemos comenzar ahora».
Usó al Minsa como una artimaña
A Brooklyn Rivera no lo secuestró ni la policía, ni los paramilitares o cualquier otro grupo de uniformados con armas. El pasado 29 de septiembre, supuestos brigadistas del Ministerio de Salud (Minsa) llegaron a la casa del cabecilla político para una «supervisión del terreno por brotes de malaria». Fue ahí cuando lo detuvieron y lo trasladaron en una ambulancia de Bilwi a Managua, según las denuncias de los otros líderes indígenas.
A pesar de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgó medidas cautelares para Rivera y Henríquez, ya que el organismo consideró que ambos dirigentes indígenas «se encuentran en una situación de gravedad y urgencia de riesgo de daño irreparable a sus derechos en Nicaragua».
Por su parte, la plataforma de Pueblos Indígenas y Afrodescendientes de Nicaragua (INANA-AIP) también exigió a la dictadura que revele de inmediato la ubicación y el estado de salud de los dos líderes indígenas; y que, de igual manera, respeten la integridad física y psicológica de ambos detenidos.
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En mayo del año pasado, el régimen le negó el ingreso al país a Brooklyn Rivera después de participar en un foro sobre las comunidades indígenas en la sede de la Organización de Naciones Unidas, en New York, Estados Unidos. Sin embargo, desde ese entonces el régimen perseguía sus pasos.
Rivera aún goza de simpatía en el pueblo misquito por su rol en defensa de la libertad y su resistencia en la guerrilla antisandinista en el periodo de 1980 – 1989, lo que también causó que el régimen militarizara las casas de Yatama en Bilwi y Waspam, en su intención de frenar el levantamiento de los misquitos.