La suerte está echada para los magistrados del Poder Judicial. El traspaso del poder del dictador Daniel Ortega a su mujer y vicedictadora, Rosario Murillo, ha comenzado y de la cacería desatada por ella nadie que no sea «declaradamente chayista» y baje la cabeza ante «la señora» se salva. Los orteguistas, por muy leales que hayan sido, caerán para dar paso a la gente de Murillo. Quedarán solo los de ella. Los que le obedecen. Los que le rinden pleitesía o los que logren simular bien que están a sus pies, sin rechinar los dientes.
Las cabezas han empezado a rodar en uno de los únicos bastiones que Ortega había conservado para su dominio: La Corte Suprema de Justicia (CSJ), donde dos magistradas de las más leales al dictador, junto a unos 50 funcionarios de diferentes rangos, sucumbieron ante la arremetida de Murillo, y tras el Poder Judicial seguirá el Ejército, al que la vicedictadora también le caerá irremediablemente.
Artículo 66 logró conversar con una persona del sistema de inteligencia política del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Esta fuente conoce las interioridades más íntimas de la CSJ, del esquema represivo de la Policía, e incluso, sabe cómo se manejan los entretejidos y relaciones de los funcionarios de alto nivel, en las instituciones de mayor interés de la pareja de dictadores. Sabe perfectamente cómo maniobra el Ejército y sus generales, e incluso habla de las diferencias marcadas entre la Policía y el cuerpo castrense.
También conoce, por que estuvo en la Policía hasta hace pocos meses, la forma en que el dictador Ortega ha maniobrado para conservarse para sí, el control total del sistema judicial, considerado clave para el sometimiento de la sociedad, junto al Ejército y La Policía, control que ha empezado a ceder a su mujer.
En este primer trabajo de dos, la fuente consultada habla de lo que se viene, haciendo ver que la cacería ordenada por Rosario Murillo apena comienza, y tiene un solo objetivo: eliminar a toda la «vieja guardia» sandinista que aún queda ocupando puestos claves en el Estado, para dar paso a la gente de Murillo, sus leales, con la mirada puesta en las elecciones presidenciales de 2026, cuando Murillo sería la candidata presidencial sandinista.
Arrasará con todo el poder judicial
De conformidad con el artículo 163 de la Constitución Política de Nicaragua, la CSJ estará integrada por 16 magistrados, electos por la Asamblea Nacional, por un período de cinco años.
No obstante, el máximo tribunal de «justicia» del país actualmente solo cuenta con 10 magistrados, de donde se tendrían que descontar a Alba Luz Ramos, presidente de la Corte y Yadira Centeno, ambas desplazadas de sus escaños de magistradas por órdenes de Murillo, pese a que, según la misma Carta Magna, gozan de inmunidad y para separarlas de sus cargos deben seguir un proceso ya previsto en la leyes.
Ahora solo quedan activos ocho magistrados: Marvin Aguilar, Armengol Cuadra, Juana Méndez, Armando Juárez, Gerardo Arce y Ellen Lewin, todos orteguistas y los liberales Ramiro Gurdián, que llegó a ese cargo siendo del Partido Liberal Independiente (PLI); y Manuel Martínez, del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), cuando aún tenía influencias en ese partido el expresidente Arnoldo Alemán. Todos ellos, según la fuente, tienen la daga de Murillo al cuello.
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La fuente que habló con este medio de comunicación a condición de no revelar su identidad por razones de seguridad, destacó que Murillo empezó su asalto final al poder absoluto dando un tiro de gracia a la Corte y para ello arremetió rompiendo un eslabón débil, Berman Martínez, el hasta hace poco secretario de organización del FSLN dentro de la CSJ y administrador general de esa institución, un hombre de toda la confianza de Ramos.
El funcionario estaba siendo cuestionado por actos de corrupción desde hacía tiempo y mantenía una estrecha relación de amistad con su jefa, la magistrada Ramos.
«Martínez ya estaba demasiado quemado, y ella (Ramos) había sido muy tolerante con él. Sí, tenía mucha amistad con él y era su brazo derecho en todas las cuestiones administrativas», dice la fuente que además analiza que Murillo sabía que «quebrando a Martínez se llevaba en el saco a la presidenta de la Corte».
La fuente valora que Murillo va a arrasar con la Corte, no dejará a nadie que no se le subordine absolutamente y considera que para ejecutar esa maniobra de tal magnitud, cuenta con el apoyo de Ortega y recuerda que dentro del máximo tribunal hay magistrados que responden a Ortega, al otrora poderoso comandante Bayardo Arce, al exjefe de la Seguridad del Estado Lenín Cerna Juárez, y recientemente, a Murillo que había logrado ganarse a Juana Méndez, a través de Moncada Lau y Marvin Aguilar.
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Los siguientes en la lista que caerán, según el informante, serán Armando Júarez, «sobrino carnal de Lenín Cerna», un hombre con «poca personalidad» y Gerardo Arce Castaño, hermano de Bayardo. Los más conocidos, los otros caerán sin pena ni gloria, bien defenestrados arbitrariamente o cuando se les venza el periodo próximamente.
Juana Méndez, la jueza que, en diciembre de 2001, absolvió de culpas a Ortega en el caso de acusación por violación interpuesta por su hija adoptiva Zoilamérica Ortega Murillo, y que también fue usada por Daniel Ortega para manosear judicialmente algunos casos de corrupción del expresidente Arnoldo Alemán, podría salvarse de la purga murillista y ser la próxima presidente de la CSJ, pues, según la persona informante «se ha estado llevando bien con los dos (dictadores) en los últimos meses».
«Yo creo que ella (Juana Méndez) puede ser la de consenso (entre los dos dictadores) para quedar presidiendo la Corte, más que Marvin Aguilar, quien es más radical, más salvaje, más duro, más implacable y más fanático», dijo el conocedor de la Corte Suprema.
Ortega ya no puede lidiar con el poder porque estaría «Cansado, enfermo»
La fuente de Artículo 66, recalca que hasta hora, en esta nueva arremetida de Murillo en busca del poder absoluto, el cuadro más visible, tanto de la Corte como del Frente Sandinista es «la doctora Ramos, pues tenía siempre el respaldo de Ortega», al punto que ya antes le había presentado la renuncia, «pero Daniel le dijo que se esperara y que la iba a seguir apoyando. Aquí (en esta arremetida en la CSJ) Rosario se fue de frente», señala.
Y en este punto, el informante destaca un aspecto que es secreto a voces: Ortega ya no puede lidiar con el poder porque está viejo, cansado y enfermo y no le queda más remedio que empezar la sucesión y cumplirle la palabra comprometida con su mujer, heredar la Presidencia.
«No sé qué pasa con Daniel, si es que se siente ya muy cansado, muy viejo, estará enfermo, pues no sé», dice el informante, haciendo hincapié en que la sucesión ha comenzado y en ella caerán todos los orteguistas que «no se le cuadren» a Murillo.
Última esperanza de los purgados: que Ortega los defienda de la cárcel.
Otro análisis que hace la fuente, que no escapó de pasar por la cárcel tras salir de una de las instituciones de poder que tiene Ortega, es que la última acción de Murillo transformó la correlación de fuerzas que tenían los dos dictadores en la CSJ, y el próximo paso de Ortega será que «va a ejercer un veto para que no haya una auditoría profunda, para que no vayan a la cárcel, ni casa por cárcel, ni nada de eso. Los dejarán fuera del Poder Judicial, pero viviendo en sus casas, en Nicaragua, en una especie de país por cárcel».
Y vivirán lo mismo que están viviendo orteguistas de la talla de Lenín Cerna que «está listo y servido», también purgado por la mujer de Ortega.
«Murillo fue acabando la gente de la llamada vieja guardia, ahorita están en su casa, tienen dificultades hasta para saludarse con Ortega. En esas condiciones están gente como Lenín Cerna, Leticia Herrera (expareja de Ortega y madre de uno de sus hijos), Bayardo Arce, Doris Tijerino. Esa gente ahorita, olvidate, no son capaces ni de pedir una reunión para ir a hablar con él y nada», refirió.
FSLN vive «clima de terror»
Para la persona que habló con este medio, conocedor de las relaciones de poder al más alto nivel de la dictadura, Murillo ha instaurado un clima de terror no solo entre la población en general, sino entre las filas de su propio partido, incluso entre los cuadros que antes eran considerados poderosos, cercanos a Ortega e intocables.
«Es un clima de terror (en el FSLN), el que hay ahorita. Tampoco les van a hacer nada (llevarlos a la cárcel) pues, por la trayectoria y la relación con Ortega, pero que tengan poder (los purgados) yo no lo veo que tengan», sentenció.
En ese sentido recordó que Cerna «no se pueden ni ver con la señora» y por ello Ortega ya no puede contar con el exjefe de la Seguridad del Estado como su asesor y por eso llamó como asesor en temas de seguridad con rango de ministro al excomisiondo general de la Policía, Horacio Rocha (Rochón), que se entiende con la vicedictadora, pero resultó que Rochón «aunque lo nombró Ortega, terminó totalmente al lado de ella» y ahora comanda el «pelotón de fusilamiento» contra los purgados.
«La lucha de poder ya reventó, es posible que se hayan juntado algunos factores (de Ortega) como el cansancio en el ejercicio del poder, los años (edad), las lagunas mentales que sufre más a menudo, cuestiones de salud, un montón de factores se pudieron haber juntado y tiró la toalla», señala el informante, quien advierte, que esto apenas está comenzando. La Policía ya está totalmente bajo control de Murillo, pero sigue el Ejército.
(Segunda entrega: Murillo le caerá el Ejército, desplazando a viejos generales con prebendas a oficiales de baja graduación)