La joven Erica Vanessa Reyes Alvárez fue víctima de femicidio en España el pasado 30 de julio. Erica no pudo protegerse cuando su agresor, identificado con las iniciales N. A. C. T, le propinó más de diez golpes contundentes en la cabeza, causándole la muerte, según declaraciones del equipo encargado del caso.
En una conferencia de prensa celebrada este martes, 10 de octubre, la hermana de la víctima Ana Mayuri compartió los hallazgos de la investigación que consta de unos quinientos folios, donde se concluyó que Erica sufrió golpes en la parte posterior de la cabeza “sin posibilidad de defensa”. El abogado de la familia José Antonio Sirenes reprochó además que el asesino fue impulsado a cometer el crimen por los celos al descubrir que Erica Vanessa ya no quería ser su pareja.
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Sirenes también señaló que los datos de investigación y la autopsia indican que la muerte fue violenta, producto de “múltiples golpes en la cabeza, en la parte posterior del cráneo, con un objeto contundente y sin posibilidad de defensa alguna por parte de la víctima”, añadiendo que este objeto aún es parte de la investigación.
Erica fue asesinada en Utrera, Sevilla, localidad donde había buscado refugio tras llegar como exiliada a España el 30 de julio. El autor del crimen, un ciudadano ecuatoriano de 43 años, era su expareja, quien permanecerá en prisión preventiva por un máximo de dos años, según Sirenes.
El cuerpo de Erica llegó a Nicaragua el 17 de agosto pasado y fue sepultado un día después en Talolinga, Nueva Guinea, su lugar de origen.
Primero robar y luego escapar a Italia
Se reveló además que el sospechoso tenía la intención de robar a la víctima, ya que al momento de su detención portaba al menos 1,500 euros y 1,000 dólares, que había sustraído de una caja fuerte que encontraron abierta junto al cuerpo de la nicaragüense. “Dinero que planeaba utilizar para escapar a Turín (una ciudad de Italia), ya que tenía un billete de avión programado para el 1 de agosto”, indicó Sirenes.
Asimismo, mencionó que una noche antes del crimen, el sospechoso eliminó sus perfiles en redes sociales porque “solía ser muy activo en ellas y los desactivó para no ser rastreado”. Resaltó que cuando la guardia civil lo detuvo, “llevaba un objeto en su bolsa y una camiseta blanca empapada en sangre. Al preguntarle de quién era esa sangre, respondió de manera ambigua”.
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Enfatizó que mantendrán la solicitud de la pena máxima de 25 años de prisión por “un posible delito de asesinato con tres agravantes: alevosía, ensañamiento y agravante por parentesco. Fueron más de diez golpes en la cabeza, hubo un ensañamiento”.
En lo que va de 2023, en Nicaragua se ha registrado la muerte de 15 mujeres en el extranjero. Según datos recopilados por el Observatorio Católicas por el Derecho a Decidir, muchos de estos casos no reciben la debida atención legal, principalmente debido a la ausencia de seguimiento por parte de familiares que carecen de los medios necesarios para desplazarse a los países donde ocurren estos femicidios.