El «superembajador» número uno de Ortega, el ciudadano libio nacionalizado nicaragüense Mohamed Farrara Lashtar, entregó cartas credenciales como embajador de Nicaragua en el Reino de Bahrein, concurrente desde Kuwait, ante el príncipe heredero del reino de Bahrein, Salman bin Hamad Al Khalifa.
La acreditación oficial se dio este jueves, 28 de septiembre, en el Palacio de Shakir, según informaron los medios de la propaganda oficialista. Farrara Lashtar, sobrino del desaparecido tirano de Libia, Muammar El Gadaffi, se ha convertido en uno de los personajes protegidos y preferidos por el dictador Daniel Ortega, al punto de haberle confiado hasta ahora 12 cargos de embajador en igual número de países, principalmente de medio oriente y África.
Bahréin, un país gobernado por una monarquía hereditaria, de poco más de 1.4 millones de habitantes, conformado por unas 30 islas en el golfo Pérsico. Su principal producto comercial es el petróleo. No mantiene flujo comercial con Nicaragua.
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El dictador Ortega nombró a su protegido Farrara Lashtar como embajador ante el Reino de Bahrein el pasado prinero de junio de 2023 en calidad de concurrente, con sede en Kuwait, según el acuerdo presidencial 63-2023 publicado en La Gaceta, Diario Oficial.
El sobrino de Gadaffi es considerado, según analistas que ha consultado Artículo 66, como un operador político internacional de la dictadura, además, es visto como un representante de negocios de la familia Ortega-Murillo en Medio Oriente, y por ello es que ostenta tantas representaciones diplomáticas.
Desde el regreso al poder de Ortega, hasta la fecha, el libio ha sido designado en al menos 16 cargos oficiales, pero esos nombramientos en realidad obedecen a una relación de «negocios personales», dijo un exdiplomático en una entrevista reciente con este medio de comunicación.
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En un hecho sin precedentes en la historia de las relaciones internacionales de Nicaragua, el dictador Daniel Ortega ha confiado a solo tres de sus leales en el cuerpo diplomático un total de 27 embajadas; dos de ellos son extranjeros nacionalizados nicaragüenses, que manejan los hilos de las relaciones con 17 países, en una búsqueda desesperada por romper el aislamiento diplomático al que se somete el régimen de Managua por su deriva totalitaria.
Actualmente, Farrara Lashtar es representante de la dictadura como embajador residente en Kuwait, y embajador concurrente ante Egipto, Jordania, República Argelina Democrática y Popular; Arabia Saudita; República Tunecina; Qatar; Emiratos Árabes Unidos; Turquía; Bahrein y Brunéi Darussalam. También es designado representante de Nicaragua ante la Liga de los Estados Árabes.