El medio costarricense TicaVisión informó, este sábado, 23 de septiembre, que su colaborador y monaguillo Kevin Martínez, de 17 años, fue liberado por la Policía orteguista. Además, detalló que el joven ya se encuentra nuevamente en Costa Rica.
«De última hora supimos del ingreso del monaguillo y camarógrafo Kevin Martínez a territorio costarricense, Martínez se niega a brindar declaraciones por temor a represalias por parte de la dictadura Orteguista. Estaremos atentos a brindarles más información», escribió el canal tico en su cuenta X.
El joven religioso fue detenido por agentes de la Policía el miércoles, 20 de septiembre, cuando visitaba a sus familiares en su pueblo natal Diriomo, departamento de Granada.
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Martínez decidió retornar al país ya que los mismos policías comunicaron a sus parientes que él podía regresar a su patria e incorporarse a sus labores de monaguillo, sin amenazas de ser arrestado.
El pasado 31 de diciembre de 2022, el monaguillo había decidido salir de Nicaragua y exiliarse en Costa Rica, tras ser golpeado y detenido por agentes policiales al momento que cruzaba el Parque Central. Además, lo calificaron de ser «tranquero», calificativo que le dan los fanáticos del régimen a quienes apoyaron protestas y tranques durante la rebelión cívica de 2018 contra la dictadura Ortega Murillo.
Gente cercana a Kevin Martínez señaló que él había recibido amenazas de cárcel de parte del comisionado Ramón Avellán, cuando llegó en búsqueda del sacerdote Manuel García, de la parroquia Jesús Nazareno, de Nandaime.
Desde su niñez, el joven abrazó la fe católica, que fue inculcada por su abuela. Su primer servicio fue en el grupo de monaguillos en la parroquia de Candelaria de Diriomo, luego prestó sus servicios en la pastoral de comunicación, donde realizaba el trabajo de camarógrafo en la transmisión de la misa.
En su servicio a la iglesia conoció a muchos sacerdotes, entre ellos al padre Manuel García, de la Iglesia Jesús Nazareno, de Nandaime, quien hoy forma parte del grupo de sacerdotes detenidos de la Iglesia católica, como parte de la persecución que el régimen desató contra los jerarcas por denunciar la violación sistemática de derechos humanos en el país.