En paralelo del 78º período de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF) y el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más realizarán el foro internacional: «Libertad religiosa bajo ataque: una verdad perseguida».
Las entidades informaron que el evento servirá «como una oportunidad para amplificar las voces de las víctimas y las organizaciones de la sociedad civil como un medio para que los actores internacionales conozcan la situación de la libertad religiosa en Nicaragua y Venezuela».
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Subrayan, además, que el evento reunirá a representantes de congregaciones religiosas, gobiernos, organizaciones internacionales, de la sociedad civil y la academia «para comprender mejor los riesgos y desafíos de profesar fe y religión en regímenes totalitarios como los de Nicaragua y Venezuela».
La actividad se realizará el jueves, 21 de septiembre, a las dos de la tarde —hora de Centroamérica— en el Hotel Convene, en Nueva York, y será transmitido en vivo de forma virtual.
Por su parte, la ONU aseveró, en referencia al evento, que defiende la protección de la libertad religiosa a nivel internacional, «apoyando normas y acuerdos para proteger este derecho fundamental a través del Relator Especial sobre la libertad de religión y de creencias».
No obstante, señaló que si bien Nicaragua y Venezuela son estados firmantes de estos acuerdos, los regímenes de Daniel Ortega y Nicolás Maduro «han violado continuamente este derecho en ambos países».
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«Mientras los líderes religiosos de diferentes religiones han expresado activamente sus preocupaciones sobre las violaciones de derechos humanos y el desmoronamiento del estado de derecho bajo estos sistemas totalitarios, estos regímenes han dirigido cada vez más ataques y amenazas a líderes y grupos religiosos, independientemente de su fe, profanando lugares de culto, lanzar campañas de estigmatización y acosar a los líderes religiosos», enfatizó la ONU.
Desde el 2022, la Iglesia católica atraviesa una ola represiva por parte del régimen de Daniel Ortega, quien mantiene cautivos al menos a ocho sacerdotes, ha desterrado a otros y ha cancelado organizaciones y universidades; además mantiene una acusación de supuesto lavado de dinero en contra de la institución religiosa.
