El régimen de Daniel Ortega insiste en castigar a los sacerdotes que, en sus homilías, oraciones y rezos, mencionen el nombre del Obispo que mantiene en sus cárceles. La dictadura ha ordenado el secuestro y la prisión como castigo a los religiosos que desobedezcan el dictado.
Feligreses de Estelí amanecieron sin tener noticias del padre Osman Amador Guillén, quien fue secuestrado a eso de las 9:00 de la noche en la parroquia Nuestra Señora del Carmen, este fin de semana, donde se mantenía tras sufrir persecuciones anteriores. El prelado recién había terminado de celebrar una misa en la catedral de Estelí cuando los policías llegaron por él.
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«Llegó la policía sandinista hasta la parroquia Nuestra Señora del Carmen donde estaba con el párroco, el padre Elías, quien presuntamente fue golpeado porque intentó que lo soltaran. Estos policías están peor que la Guardia Nacional de Somoza, no respetan autoridad, ni templos», dijeron feligreses que vieron el secuestro del religioso.
El padre Osman Amador Guillén había llegado a Estelí como parte de las orientaciones de sus superiores de la Diócesis para dedicarse a «ejercicios espirituales», ya que desde la parroquia donde él estaba en Nueva Segovia, lo venían asediando. «No lo dejaban en paz, ahora no sabemos nada de su paradero», denunciaron varios católicos.
En «El Chipote»
Una fuente de gobierno inconforme con los abusos de su régimen señaló que el religioso «se encuentra en El Chipote, donde está siendo interrogado por sus homilías», aunque la información no ha sido confirmada oficialmente.
El padre Amador Guillén —quien es originario del municipio de San Fernando, departamento de Nueva Segovia— fue el último director de Cáritas Diocesana de Estelí, cancelada por el régimen Ortega-Murillo, en marzo del 2023. Un religioso de la Diócesis esteliana no descarta que se le esté fabricando una acusación vinculada a ese organismo de caridad de la Iglesia católica.
«Hay dos religiosos más a los que supuestamente se les investiga por malos manejos en las oenegés y que están bajo custodia del régimen, es posible que por ahí quieran acusarlo. Les molesta que el padre no haya dejado de pedir por la libertad del Obispo (Rolando) Álvarez», dijeron otros feligreses.
Delito: pedir por sus hermanos
Las embestidas contra los miembros de la Iglesia católica no cesan. El régimen mantiene la persecución contra Delegados de la Palabra y los devotos, además mantiene a las imágenes de los santos confinados en sus parroquias y persiste en el destierro o exilio para los sacerdotes que no callan las violaciones a los derechos humanos de los nicaragüenses.
Horas antes del secuestro, fueron vistos paramilitares y fanáticos sandinistas en camionetas merodeando en los alrededores. «Parece que llegaron a la Casa Cural en la noche, pero solo estaba el Padre Julio. Lo secuestraron después en la parroquia Nuestra Señora del Carmen», confió un feligrés.
Por Voces Unidas