Tras los ataques que ha perpetrado el régimen de Daniel Ortega contra la Compañía de Jesús en Nicaragua y ante el temor de lo que podría ocurrir con los centros educativos administrados por la entidad religiosa en el país, el Colegio Centroamérica e el Instituto Loyola; los jesuitas han procedido a indemnizar a los trabajadores de dichos recintos.
En entrevista con Somos Jesuitas, el sacerdote José María Tojeira, exrector de la Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvador y el vocero autorizado por la Compañía de Jesús para el tema de Nicaragua, indicó que «previendo todas las posibilidades, a todos los profesores de los dos colegios (Centroamérica y Loyola) se les ha indemnizado. Se ha gastado una enorme cantidad de dinero en indemnizarles».
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El prelado resaltó que han tomado esta medida «porque si se cierran, si llegaran a cerrar los colegios al menos los trabajadores tienen ese fondo de la indemnización».
«Una indemnización que evidentemente cuando te suprimen no es necesaria, pero es una manera de decir: miren por lo menos tengan aquí un fondo de cierta seguridad ante cualquier eventualidad que pueda pasar», agregó.
Jesuitas gestionan ayuda para estudiantes de la UCA de Nicaragua
Por otro lado, el padre Tojeira destacó que están buscando soluciones para todos aquellos estudiantes y profesores de la confiscada UCA de Nicaragua que quieran seguir estudiando o trabajando con una universidad jesuita.
«Se está trabajando tanto en la UCA, de El Salvador, y la Universidad Rafael Landívar, de Guatemala, para ver todas las posibilidades de ayudar a profesores y alumnos que están en último año, que quisieran graduarse en una universidad nuestra. También se está en conversación con AUSJAL, con algunas universidades jesuitas y algunas no jesuitas», afirmó.
El portavoz de la Compañía de Jesús además detalló que la entidad religiosa abrió «una página web», para que por medio de esta, la comunidad estudiantil de la UCA solicite apoyo, explicando su posición y situación. Subrayó, que han recibido alrededor de tres mil solicitudes de estudiantes nicaragüenses.
«Estamos tratando de buscar posibilidades de hecho hay mucha gente que le gustaría seguir con nosotros, abrimos una especie de página web pidiendo que los que tuvieran alguna dificultad presentaran su posición, su situación, etc.; y se han apuntado ahí en esa página web pidiendo distintas formas de apoyo entorno a dos mil alumnos en la UCA de El Salvador y mil en la Landívar. Los números como ven son tres mil personas, son números muy alto de gente que se siente amenazada y perjudicada», dijo.
Este dato presentado por el jesuita deja en evidencia que la mayoría de los estudiantes de la confiscada UCA no quieren continuar sus estudios en la nueva universidad del régimen. Asimismo, es evidente que el atraso en la apertura de las clases para el segundo semestre en el nuevo recinto sandinista es porque el número de jóvenes matriculados es bajo.
Asimismo, Tojeira señaló que las medidas represivas que ha tomado el régimen para los estudiantes que han optado por cambiarse de campus universitario dentro de Nicaragua, «es porque no quieren que se batee a la universidad ni que salgan muestras de resistencia a través del abandono, digamos de la universidad».