Desde enero de este año, efectivos del Ejército de Nicaragua, acantonados en la primera región de Las Segovias, han detectado el tráfico ilegal de bolsas de cementos, madera de color, fertilizantes, medicamentos y hasta drogas, proveniente de Honduras y en otros casos, con destino a Honduras desde Nicaragua.
Los militares han decomisado una buena cantidad de esa mercancía que intenta burlar las aduanas de ambos países. Algunos operativos fueron dados a conocer este reciente fin de semana, por el mando regional del Ejército, ubicado en la base militar del Quiabú, en la ciudad de Estelí.
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En un informe oficial, las tropas dieron a conocer la detención de unas 117 personas, todas de nacionalidad nicaragüense, la incautación de cargamentos (no especificado) de medicamentos variados, madera de color procesada, unos 300 quintales de cemento y más de cien quintales de fertilizantes agrícolas, además de drogas.
Vehículos detenidos
Estos operativos también habrían permitido la incautación de al menos unos 10 vehículos, entre ellos dos motos, tres camiones y el resto de automotores livianos (camionetas), además de varias motosierras para cortar árboles de pino, roble, cedro y guanacaste, entre otros.
Estos hechos, han ocurrido entre enero y agosto de este año, en varias zonas fronterizas del municipio de Jalapa, localidad del departamento de Nueva Segovia.

Este año, desde enero hasta agosto, la actividad del tráfico de cemento, fertilizantes, madera de color, medicina y hasta drogas se han incrementado en los puntos ciegos de la frontera con Honduras.
«Hemos logrado detectar a tiempo y golpear la actividad ilícita de este tráfico desde nuestro país hacia territorio de Honduras», informó en Quiabú, el Coronel de Infantería, Fabio de Jesús Zelaya Reyes, Jefe del Primer Comando Militar Regional del Ejército de Nicaragua.
Incautan también explosivos para minería
El jefe militar dijo que recientemente encontraron alrededor de unos 48 tacos de explosivos, determinados como productos específicos para detonar en las labores de minería. Los explosivos estaban ocultos en una propiedad del municipio de San Juan de Limay, departamento de Estelí.
Al parecer, y según la misma información, los 48 tacos de explosivos son utilizados por jornaleros en las actividades de la minería ilegal en zonas como San Juan de Limay, donde existen labores de extracción de minerales preciosos como el oro, el cual se realiza de manera artesanal y sin control de las autoridades del régimen.
Por: Voces Unidas.