El Ejército de Nicaragua, propietario de la Universidad Americana (UAM), una vez más ha sido «manoseado» por Rosario Murillo y Daniel Ortega, quienes lo obligaron a bajar la cabeza y obedecer sin discusiones la orden de rechazar a los estudiantes universitarios de la confiscada Universidad Centroamericana (UCA), decisión que los militares ya habían tomado pero se tuvieron que echar atrás ante la orden de la vicedictadora del país.
Una fuente de Artículo 66, que por seguridad no se puede identificar en esta nota, alertó que Murillo y Ortega «le doblaron el brazo» una vez más a los militares de Nicaragua, imposición que muy seguro no debe tener contentos a los uniformados de rangos medios.
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«No creo que esté contento el Consejo Militar», dice la fuente, al referirse a la orden que tuvieron que acatar, de rechazar a por lo menos 600 estudiantes de la confiscada UCA que querían estudiar en la UAM, cuya aceptación era asunto decidido por los jefes del Ejército que no acostumbran revertir una orden, y menos cuando se trata de una imposición externa a la institución armada.
Ante la confiscación y cambio de reglas de la UCA, centenares de estudiantes de esa casa de estudios prefirieron cambiar de universidad por considerar que la nueva institución orteguista no sería más que una «plaza sandinista» para adular a los dictadores.
Es así que la UAM abrió sus registros para matricular a al menos 600 estudiantes de la desaparecida UCA. Muchos de ellos ya estaban inscritos y listos para iniciar sus actividades académicas, pero Murillo no lo permitió y el Ejército, dueño de la UAM, no tuvo más que «dejarse humillar una vez, se dejaron torcer el brazo y obedecieron a la vicedictadora», destacó la fuente.
Una fuente ligada a la comunidad estudiantil, que buscaba un traslado, confirmó a Artículo 66 que las autoridades de la UAM la llamaron informándole de la decisión y que les facilitara una cuenta bancaria para hacer el reembolso del dinero.
Los universitarios quedan otra vez en un «limbo» para poder continuar con sus estudios. «Corridos de dos universidades. ¡Algo más!», criticó una joven en su perfil de Facebook.
Además, se conoció que la dictadura orteguista pretende que los estudiantes que se encontraban cursando sus estudios en la UCA los retomen en la nueva universidad sandinista, debido a que existe poca demanda para matricularse en dicha institución del Estado.
Los alumnos de la confiscada UCA han expresado su deseo de no continuar estudiando bajo las reglas de la dictadura y prefieren explorar otras opciones dentro y fuera de Nicaragua, antes de estudiar en un recinto controlado por el sandinismo.
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La segunda al mando de la dictadura de Nicaragua, Rosario Murillo, anunció que las autoridades de la nueva universidad sandinista constituida en las instalaciones robadas a la Universidad Centroamericana (UCA) reinaugurarán, este próximo 23 de agosto, el museo de la memoria de la Cruzada Nacional de Alfabetización, el que será exhibido en el Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA) que poseía la confiscada institución jesuita.
«Tenemos la histórica celebración que se dará el día de mañana, hemos sido invitados a participar en el 43 aniversario de la gran Cruzada Nacional de Alfabetización en la Universidad Nacional Casimiro Sotelo, donde además se reinaugurará el museo de la Cruzada Nacional de Alfabetización», indicó Murillo, en su alocución por medios oficialistas.
Asimismo, la vocera gubernamental aprovechó para vociferar contra el personal que manejaba el IHNCA y las autoridades de la UCA, a quienes señaló de «esconder por muchos años» el museo que relata los hechos de la Cruzada Nacional de Alfabetización.
El Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica forma parte de los bienes incautados a la UCA, en donde se encontraba el museo de la memoria de las víctimas de la represión que ejecutó la dictadura de Ortega y Murillo contra las protestas sociales de 2018; y es en este mismo lugar, donde el gobierno sandinista pretende montar su nuevo museo de la memoria.