El Ejército de Nicaragua, propietario de la Universidad Americana (UAM), una vez más ha sido «manoseado» por Rosario Murillo y Daniel Ortega quienes lo obligaron a bajar la cabeza y obedecer sin discusiones la orden de rechazar a los estudiantes universitarios de la confiscada Universidad Centroamericana (UCA), decisión que los militares ya habían tomado pero se tuvieron que echar atrás ante la orden de Murillo.
Una fuente de Artículo 66, que por seguridad no se puede identificar en esta nota, alertó que Murillo y Ortega «le doblaron el brazo» una vez más a los militares de Nicaragua, imposición que muy seguro no debe tener contentos a los uniformados de rangos medios.
«No creo que esté contento el Consejo Militar», dice la fuente, al referirse a la orden que tuvieron que acatar, de rechazar a por lo menos 600 estudiantes de la confiscada UCA que querían estudiar en la UAM, cuya aceptación era asunto decidido por los jefes del Ejército que no acostumbran revertir una orden, y menos cuando se trata de una imposición externa a la institución armada.
«Allí se abrió una fisura (con Rosario Murillo). El ego de los militares es inmenso y ellos no aceptan que doblen su Rey», comentó la fuente a Artículo 66. La UAM, después de haber tramitado las matrículas se vio obligada a comunicar a los matriculados que no podían seguir con el proceso y se comprometieron a regresarles el dinero invertido.
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La UCA, una institución de educación superior fundada por la orden religiosa de los Jesuitas hace más de 60 años, y que se convirtió en una de las más prestigiosas casas de estudio del país, fue acusada del supuesto delito de terrorismo, el pasado 15 de agosto.
En menos de 72 horas, la dictadura Ortega-Murillo decidió, a través de su Poder Judicial, confiscar todos sus bienes, anular el permiso de funcionamiento y la personería jurídica. Simultáneamente, el Consejo Nacional de Universidades (CNU), siguiendo órdenes de Ortega y Murillo, creó la Universidad Nacional Casimiro Sotelo, a la que le asignó los bienes robados a la UCA.
Ante la confiscación y cambio de reglas de la UCA, centenares de estudiantes de esa casa de estudios prefirieron cambiar de universidad por considerar que la nueva institución orteguista no sería más que una «plaza sandinista» para adular a los dictadores.
Es así que la UAM abrió sus registros para matricular a al menos 600 estudiantes de la desaparecida UCA. Muchos de ellos ya estaban inscritos y listos para iniciar sus actividades académicas pero Murillo no lo permitió y el Ejército, dueño de la UAM, no tuvo más que «dejarse humillar una vez, se dejaron torcer el brazo y obedecieron a la vicedictadora», destacó la fuente.
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El mayor del Ejército en retiro, Roberto Samcam, opina que «los intereses de venganza de Murillo y Ortega están por encima de los intereses económicos del Ejército».
«El Ejército se somete, se subordina a los dictadores porque la plata con la que han hecho crecer el holding empresarial que tienen, se lo dio Ortega, entonces para ellos no es problema doblar la columna en señal de obediencia», apuntó el militar en retiro.
Samcam considera que los intereses económicos en los que los generales han volcado a la institución militar está minando el prestigio y el honor del cuerpo armado. «Hacen el ridículo. Son sometidos, subyugado, sin dignidad, sin honor de militar como debería ser, por el interés político y el dinero», criticó.