Tras el congelamiento de las cuentas bancarias y la inmovilización de los bienes inmuebles de la Universidad Centroamericana (UCA), la Universidad de Costa Rica (UCR) expresó su profunda preocupación y señaló que esta medida impuesta por el régimen de Daniel Ortega solo busca el cierre del campus jesuita.
«Desde la Cátedra Centroamérica y el Campus Centroamérica de la Universidad de Costa Rica, expresamos nuestra profunda preocupación y solidaridad con la Universidad Centroamericana (UCA) de Nicaragua. Hemos sido testigos de la reciente decisión del régimen de Ortega y Murillo de congelar las cuentas y activos de esta prestigiosa institución académica», indicó la UCR, en un comunicado.
En ese sentido, la casa de estudios costarricense subrayó que la autonomía universitaria «es un pilar fundamental en cualquier sociedad que se precie de ser democrática. Es un derecho que garantiza la libertad de cátedra y de pensamiento, la investigación y la formación crítica y autónoma de la ciudadanía».
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«Atentar contra la autonomía es atentar contra la esencia misma de la educación, de la democracia y de la formación de una ciudadanía libre y crítica», apuntó.
La UCR denunció que la medida impuesta a la UCA no es solo un ataque a la educación superior, sino una grave lesión a los derechos humanos del pueblo nicaragüense. «Dolorosamente, una más», destacó.
Esta acción del régimen orteguista «es también una muestra más de la creciente represión y el deterioro de las libertades fundamentales bajo la dictadura que hoy se impone por la fuerza y la violencia en Nicaragua», agregó.
La UCA, un baluarte de la educación
La UCR también señaló que con esta medida Ortega «busca llevar al cierre de una universidad que ha sido baluarte de la educación, la investigación y la promoción de valores democráticos en Nicaragua».
«La UCA ha sido y debe seguir siendo un referente de excelencia académica y compromiso social en Nicaragua y en toda Centroamérica. No permitiremos que se silencie su voz ni que se apague su luz», resaltó.
Además, la Universidad de Costa Rica instó a la comunidad internacional, a las organizaciones de derechos humanos y a las instituciones académicas de la región y de todo el mundo a unirse en solidaridad con la UCA y el pueblo nicaragüense.