El Instituto Internacional de Derechos Humanos Raza e Igualdad (Race and Equality, por su nombre en inglés), denunció ocho violaciones a los derechos humanos que el régimen de Daniel Ortega ha hecho en contra de los presos políticos, cautivos en los diferentes centros de detención del país.
Según la gráfica, publicada el miércoles, dos de agosto, en la cuenta de Twitter de Race and Equality, la ausencia de información oficial acerca de los reos de conciencia es una de la principales violaciones a los derechos humanos cometidas por la administración Ortega y Murillo.
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Otro de los atropellos que señala la organización de derechos humanos en contra de los reos y exreos políticos, es la falta de acceso a agua potable y a alimentación adecuada.
Señalan, además, la existencia de obstáculos para mantener contacto regular, «directo y digno» con los familiares, así como con la defensa de los reos de la dictadura nicaragüense.
Las otras violaciones a los derechos humanos que han sufrido y están sufriendo los presos políticos son: aislamiento e incomunicación, prohibición para ingresar material de lectura y carta de los familiares, así como restricciones a las visitas por largos períodos de tiempo.
Los opositores detenidos, según la organización, son de igual manera sometidos a torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes. Además carecen de atención médica oportuna y especializada, este último derecho violentado lo han denunciado los 222 exreos políticos que fueron desterrados y desnacionalizados el nueve de febrero.
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Tras esas acciones, calificadas como «arbitrarias, Raza e Igualdad manifestó que «las personas privadas de libertad por motivos políticos requieren protección reforzada de los órganos internacionales de derechos».
Por su parte, el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas de Nicaragua, contabiliza actualmente 64 nicaragüenses encarcelados, en su mayoría acusados de menoscabo y traición a la patria, entre los que están, religiosos, laicos, activistas, líderes estudiantiles y el periodista Víctor Ticay.