«Le sigo llamando hermano porque, a pesar de la maldad y crueldad de algunos de sus actos (de Daniel Ortega), creo que sigue usted siendo mejor que sus conductas. La Corte Interamericana de los Derechos Humanos acaba de ordenarle la liberación del obispo Rolando Álvarez, por razones de mera humanidad y salud. Si desoye usted esa orden se desautoriza mundialmente mucho más de lo que ya está», escribió el teólogo español en el portal de noticias católico Religión Digital.
El académico, afincado en Sant Cugat del Valles (Cataluña) recuerda en la carta abierta que el afán de aplastar cualquier voz disidente siempre es fermento para un régimen totalitario.
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«Siempre una reacción totalmente individualista como si la revolución fuera “yo”, el socialismo fuera “yo”, la democracia fuera “yo” o el sandinismo fuera “yo”. En esta Cataluña desde la que le escribo hay un refrán que viene a decir: “hay tantos sombreros como cabezas”. Y esto no tiene importancia cuando se trata de los sombreros, pero es muy serio cuando se trata de las grandes causas y metas de la vida: porque es simplemente la fuente de todas las dictaduras», remarcó en el escrito el autor de «Todo sobre mi Iglesia» y «Otro mundo es posible desde Jesús».
«Le queda poco tiempo»
Para el sacerdote jesuita, detrás de la deriva totalitaria de Daniel Ortega está el miedo que supone llegar a ser una persona mayor acumulando todo el poder político de Nicaragua alrededor suyo y le llama a recordar la forma en que murió el dictador Anastasio Somoza Debayle.
«Sospecho que un factor que puede contribuir hoy a esos errores suyos es aquello que tantos disparates nos hace cometer: el miedo oculto. Tiene usted ya 77 años, su gobierno no puede durar mucho. Y usted, con todo el poder que tiene ahora, no deja de preguntarse qué puede pasar después. Usted sabe mejor que yo cómo murió Somoza. Y en algún momento recordará usted cómo ha manchado y desacreditado aquel sandinismo ilusionado y noble de 1979, cuando se gritaba que “los ojos del mundo están puestos en Nicaragua” y se cantaba que nuestro pueblo es el dueño de su historia», reflexiona el teólogo español.
González Faus en su carta abierta también pide a Ortega que reflexione sobre su acción de gobierno, para que no se convierta en otro Somoza.
«Todo eso ha de haber pasado alguna vez por su cabeza: la humanidad ha tenido ya suficientes Nerones, suficientes Calígulas y suficientes Somozas como para que usted solo aspire a ser uno más en esa lista. La reacción espontánea entonces es rechazarlo rápidamente. Pero con eso no se eliminan estas verdades. Y volverán una y otra vez, aumentando su miedo inconsciente o inconfesado. Yo solo quisiera decirle: hermano Daniel, está usted todavía a tiempo de arrepentirse», exhorta en su carta el sacerdote jesuita.
Monseñor Álvarez, «un símbolo»
En su carta abierta al orteguismo, el teólogo José Ignacio González Faus destaca la valentía del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, y pide a Daniel Ortega que vaya a pedirle disculpas en la cárcel por el maltrato que ha dado al líder religioso.
«Si usted me pidiera un consejo le diría: vaya a ver al obispo Rolando; admire su fidelidad y su valentía al decidir no marcharse de Nicaragua, por mucho que eso le molestara a usted (…) Pídale perdón por lo mal que le ha tratado, sin olvidar que Rolando es ahora también un símbolo que incluye a otros miles de víctimas. Y si él le perdona, esa será su mejor defensa», recomienda González Faus en su carta.
El sacerdote también pide a Ortega que mire a monseñor Rolando Álvarez como un ser humano y no como “un eclesiástico» y pide que lo libere atendiendo la recomendación de la CIDH antes que sea demasiado tarde.
«Para facilitar eso (liberación del obispo) intente mirar a Rolando como un ser humano y no cómo un eclesiástico. A mí ahora me importan poco las críticas y objeciones que usted pueda tener o esgrimir contra la Iglesia (…) La orden de Corte Interamericana de los Derechos Humanos puede ser una oportunidad para facilitarle a usted un camino que evite el que sus cosas terminen de la peor manera posible. 77 años son muchos y ya no cabe esa excusa de que el final está muy lejos», expresa el teólogo en su carta abierta.
El sacerdote González Faus advierte que si Ortega no libera al obispo Rolando Álvarez, la situación pueden tornarse complejas para su régimen.
«Todas estas cosas terminan por estallar en algún momento, como ha mostrado mil veces la historia (…) Solo puedo terminar expresándole mi temor: si no hace usted caso de estas pobres (pero fraternas) palabras, creo que se arrepentirá algún día. Solo le pido que piense usted un buen rato, muy seriamente, en todo lo que he intentado decirle», finaliza la carta abierta del teólogo español.
En los últimos dos meses, diversas personalidades de la vida eclesial de España han condenado la persecución religiosa que ha emprendido el orteguismo en contra de los católicos de Nicaragua y en solidaridad con el obispo Rolando Álvarez.
Los arzobispos de Madrid Carlos Osoro Sierra y José Cobo Cano, el presidente de la Conferencia de Religiosos y Religiosas de España, fray Jesús Díaz Sariego y sor Lucía Caram han sido algunas de las personalidades que han pedido la libertad del obispo de Matagalpa, a las que ahora se une el teólogo José Ignacio González Faus.