El régimen de Daniel Ortega realiza un nuevo movimiento dentro de las filas de la Policía nacional. Esta vez remueve de su cargo a uno de sus hombres leales, que además fue señalado de dirigir las torturas que se ejecutan en la Dirección de Auxilio Judicial, conocida como «El Chipote».
El comisionado general Luis Alberto Pérez Olivas fue enviado al distrito tres de la Policía, después de ocupar el cargo de jefe de la DAJ desde septiembre del 2018, durante las protestas cívicas.
La remoción del cargo se dio en el mes de abril, que solo se conoció al publicarse un oficio de los juzgados de Jinotega en la que solicitaban al jefe del distrito III Pérez presentar al preso político Abdul Montoya a una audiencia.
Actualmente no se ha hecho público el cambio, sin embargo una fuente policial bajo anonimato dio a conocer al medio Confidencial que la pareja de dictadores es quien ejerce el control de El Chipote. Para ocupar el cargo figuran dos candidatos el comisionado general Victoriano Ruíz, que hasta el 2023 ocupaba el cargo de segundo jefe de la DAJ, y la comisionada Jaoska Trujillo.
Noticia relacionada: Jaime Aráuz confirma su salida de la Alcaldía sandinista y la remoción del jefe policial en Matagalpa
Según las fuentes citadas por Confidencial el nombramiento «depende de lo que hayan decidido Ortega y Murillo».
Estos cambios de las bases de los funcionarios leales a la dictadura son cada vez más recurrentes en diferentes instituciones del Estado como la Corte Suprema de Justicia, Complejo Judicial, Policía y cargos diplomáticos.
Removido y sancionado
Pérez fue sancionado en el año 2020 por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos al ser señalado de «cometer graves abusos como la tortura, violaciones, golpes con tubos de acero, entre otras prácticas».
También tiene una sanción emitida por la Unión Europea, Suiza y Reino Unido, por ser parte de la ejecución de encarcelamientos considerados arbitrarios.
La Policía aún no emite un comunicado oficial sobre el cambio realizado en sus filas.
Pérez Olivas pertenece a la institución policial desde los años 90 y tiene un amplio historial de su cercanía con el gobierno. En la década de los 80 fungió como General de Seguridad del Estado en la II región.
En la Policía ocupó otros cargos; el último antes de ser jefe en «El Chipote» fue en la Dirección de Armas, Explosivos y Municiones.