En medio de la persecución y el ataque a la iglesia Católica de Nicaragua de parte del régimen de Daniel Ortega, feligreses hacen una grave denuncia: hay religiosos que «colaboran con el régimen y callan los abusos contra sus mismos hermanos».
Varios feligreses jinoteganos se quejan del padre Rafael Ríos, para citar uno, quién actualmente ejerce el ministerio en la Iglesia «Maximiliano María Kolbe», en la ciudad de Jinotega. Lo acusan de ser «un aliado del orteguismo» y que apoya el sistema represivo contra la Iglesia Católica.
Según un religioso de esta ciudad, en noviembre del año 2022, el régimen no le permitió la entrada al país a Fray Juan Carlos Treminio, después que este, participara en un encuentro de religiosos en Guatemala. Treminio tenía 17 años de trabajar en Nicaragua, era el guardián superior de la Orden de Frailes Menores y estuvo varios años de párroco en la Iglesia de San Rafael del Norte, que pertenece a la Diócesis de Jinotega.
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Feligreses se quejan del padre Rafael Ríos, a quien señalan de colaborar con la dictadura Ortega-Murillo.
«En este acto arbitrario, tuvo que ver el Padre Rafael Ríos, porque no quería que el religioso franciscano regresara, de eso me consta y sé que Ríos es un aliado de los sandinistas y es capaz de todo, para causar daño a la iglesia», aseguró otro feligrés que pidió hablar con identidad reservada para evitar la represión de la dictadura.
«Muy amigo del alcalde»
El régimen de Daniel Ortega, ha desatado una abierta persecución contra la Iglesia Católica de Nicaragua y de manera concreta, contra aquellos obispos y sacerdotes que han levantado su voz en defensa del pueblo, ante las constantes violaciones a los derechos humanos.
Pero a pesar del evidente sufrimiento de los pastores, como monseñor Rolando Álvarez, que está secuestrado desde hace más de trescientos días, sometido a tratos crueles e inhumanos en una celda de máxima seguridad, en «La Modelo», hay religiosos que guardan un silencio cómplice. «Eso es hiriente, es ofensivo», dicen.
Un ciudadano jinotegano, aseguró que el padre Ríos, del que se están quejando públicamente, ha recibido favores del alcalde orteguista, el sancionado Leónidas Centeno. «Otros sacerdotes lo interpelaron en una ocasión en una reunión de clero, pero este lloró y aseguró que era falso, pero lo han visto bendecir actividades políticas de la dictadura», acusaron otros fieles.
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Otra acción que la población reprobó del padre Ríos, es que celebrará «retiros» en las instalaciones de La Cuculmeca después que le eliminaran su personería jurídica y sus instalaciones fueran ocupadas por la policía orteguista. ¿Cómo es posible que un sacerdote esté celebrando en una oenegé robada por los sandinistas, ¿Acaso no ve todo lo que están haciendo en contra del pueblo?”, reprocharon indignados varios pobladores.
¿Militancia de vieja data?
En los últimos días, un feligrés dijo sentirse decepcionado por que observó al padre Ríos, bendecir la inauguración de una estación de bomberos en Santa María de Pantasma, donde la alcaldesa orteguista, Carmen Medina, se dedicó a elogiar a la pareja de dictadores.
En el año 2010, el padre Rafael Ríos fue removido de la Parroquia San Sebastián, en el municipio de Yalí. Las razones fueron porque este promovía públicamente la candidatura del dictador Ortega que celebrarían en el año 2011. El caso causó que varios feligreses hasta dejaran de asistir a sus misas.
El religioso se resistió a abandonar la parroquia y respaldado por integrantes del Consejos del Poder Ciudadano de la zona, la violentó y entró al templo. Ahí presionaron al superior a revertir la decisión, sin embargo, el jerarca impuso su autoridad y finalmente el padre Ríos fue trasladado a la parroquia Nuestra Señora de los Ángeles, en la ciudad de Jinotega.
Un sacerdote consultado para esta nota, dijo que «lastima» este tipo de actitudes del «hermano Ríos», pero aseguró también, que «Dios nos da un libre albedrío, y cada quien dará cuentas sobre sus obras», señaló.
Por: Voces Unidas.