A víspera de la 53 Asamblea General de la Organización de Estados Americano (OEA), a celebrarse del 21 al 23 de junio, en Washington D.C., el exembajador de Managua ante el organismo continental Arturo McFields explicó que el tema de Nicaragua será abordado con «cierto sigilo» por parte de los países miembros, que se niegan a referirse a Daniel Ortega como dictador.
El exdiplomático indicó a Artículo 66 que existe interés por parte de la OEA en abordar la situación de Nicaragua; sin embargo, subrayó que «se tocará de una manera descafeinada, sin colmillo y sin garra porque —los países que integran la OEA— no quieren llamar dictador a —Daniel— Ortega, porque si le nombran así, no hay espíritu para aprobar la resolución».
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Argumentó que la negativa de llamar dictador a Ortega es porque algunos de los países tienen gobiernos con ciertas actitudes dictatoriales «y no quieren que luego a ellos los califiquen así».
En cuanto a los temas a abordar en la Asamblea de la OEA, McFields dijo que han consensuado demandar la libertad de los presos políticos, diálogo con la dictadura y el regreso de organismos internacionales de derechos humanos.
«Viene una resolución, están totalmente de acuerdo de que la liberación de todos los presos políticos es fundamental. Ellos creen en el tema del diálogo, no sé cómo es eso, pero ellos creen en ese tema», remarcó.
No obstante, insistió que «lo lamentable» es que si no existe consenso para llamar dictador a Daniel Ortega «¿como habrá consenso para deslegitimarlo, si ni si quiera se atreven a llamarlo dictador con todas su letras?».
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Por otra parte, señaló que la resolución acerca de Nicaragua es «el termómetro del nivel de temperatura que existe en la OEA, ya que una resolución fuerte refleja una OEA fuerte pero una débil refleja una organización debilitada, liderada por países que tienen un peso especifico dentro de la organización».
«Veremos en Centroamérica, presidentes como Xiomara Castro o Nayib Bukele, que jamás estarán de acuerdo con llamar dictador a Ortega porque si lo hacen hoy, tendrán temor de que mañana se lo hagan a ellos, así que tenemos una OEA anémica y carente de política, de tomar con firmeza decisiones sobre Nicaragua», resaltó.
Desde el 2018, la OEA ha demandado al Gobierno de Nicaragua respetar los derechos humanos y cesar la represión contra los nicaragüenses, lo que llevó al dictador Daniel Ortega a arremeter en contra del organismo, denunciando, el 19 de noviembre de 2021, la Carta de la Organización, tomando la decisión de salirse, tras calificarlo de injerencista. Este próximo noviembre se cumple el plazo de los dos años para que Nicaragua se salga del organismo.