El presidente de la República Islámica de Irán, Ebrahim Raisi, llegó la tarde de este martes, 13 de junio, a Managua y fue recibido por el canciller de la dictadura Ortega-Murillo, Denis Moncada, y un grupo de funcionarios del régimen.
Ebrahim Raisi llegó acompañado de su esposa Jamileh Alamolhoda, y una numerosa delegación, integrada por los ministros iraníes de Salud, del Petróleo, de Cultura, además de la Diplomacia y de Economía.
Se desconoce la agenda que cumplirá el mandatario iraní y su delegación, ni cuánto tiempo estarán en la capital nicaragüense. Los medios de la propaganda oficialista han informado de la llegada, pero no de las actividades que desarrollarán, ni de la hora en la que se reunirán Ortega y Raisi.
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La visita del dictador iraní ha despertado cierta expectativa en la región debido a que es un enemigo declarado de EE.UU. Analistas consideran que Ortega está tratando de atraer hacia Centroamérica a los principales enemigos de la política estadounidense para hacerse “el peligroso” para la estabilidad regional y de esa forma forzar al Gobierno norteamericano a negociar con él.
Raisi llegó a Managua para reunirse con Ortega, como parte de una gira que realiza por Latinoamérica, que incluye a Venezuela y Cuba, además de Nicaragua, sus principales aliados en la región, con los que comparte prácticas dictatoriales y de violaciones a los derechos humanos.
Recientemente, el analista político en el exilio Eliseo Núñez, en entrevista con Artículo 66, opinó que Ortega está atrayendo hacia Centroamérica a enemigos de Washington, «apostando a convertirse en un problema de seguridad de tal magnitud, que pretende obligar a EE.UU. a negociar con él la estabilidad en la región», porque beneficios económicos o grandes acuerdos de cooperación no se ven por ningún lado.
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Mientras que el analista Alberto Cortés, investigador político de la Universidad de Costa Rica (UCR), en una reciente entrevista con este medio, consideró que a primera vista, la visita del presidente iraní a Nicaragua podría ser solo una «acción diplomática, protocolaria, consistente con la línea geopolítica que ha seguido el régimen dictatorial de Ortega y Murillo desde hace varios años, alineado con ciertos estados que están, desde una perspectiva global, intentando hacer un contrapeso geopolítico al orden occidental».
Para el experto en política internacional, es difícil predecir que esta visita vaya a tener una influencia real en términos de «escala o de importancia, geopolítica, política y económica en la relación entre Nicaragua e Irán».
El régimen Ortega-Murillo no ha informado si firmarán algunos acuerdos comerciales con Irán. De momento la agenda de los dictadores Ortega y Raisi es un secreto.