A casi 10 meses del asesinato de Cristian Eliezer Ruiz Álvarez, de 43 años, reconocido folclorista de la ciudad de Masaya y miembro de la diversidad sexual, el juez Norman Andrés Duran Chávez, del Juzgado Distrito Penal de Juicio de este departamento, dictó culpabilidad para cinco sujetos detenidos y acusados por la Fiscalía por el delito de homicidio.
El fallo fue emitido el 29 de mayo. De acuerdo con la Policía, de los cinco acusados por el «crimen de odio» en contra de Ruiz Álvarez, tres de estos cuentan con antecedentes delictivos; Hilario Julián Ortíz Ortíz, de 25 años, con antecedentes por homicidio frustrado, hurto y agresiones; Ervin Antonio Ortíz Ortíz, de 31, por robo con intimidación y lesiones; y Bladimir Ezequiel Vivas, de 19, por agresiones.
Los otros acusados fueron identificados como Moisés Mendoza Carranza, de 32 años, y Abert Vivas, de 36. El Ministerio Público solicitó al juez una pena de 15 años de prisión para Mendoza Carranza, y 10 para los demás implicados por el delito de homicidio.
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En cuanto a las acusaciones por robo agravado y lesiones graves en perjuicio de la pareja del reconocido folclorista, Gustavo Herrera, de 52 años, la Fiscalía pidió siete y cinco años, respectivamente. No obstante, la defensa de los señalados solicitó al juez la pena mínima para sus defendidos por los delitos que se les imputa.

Por robarle un celular
El 15 de agosto de 2022, Cristian Ruiz Álvarez se encontraba tomando licor cerca del cementerio de Monimbó, junto a su pareja Gustavo Herrera, cuando fueron interceptados por los cincos sujetos. Herrera aseguró que los delincuentes agredieron al folclorista con «garrotes» hasta dejarlo inconsciente.
Debido a la gravedad de las heridas, la víctima requirió ser trasladada de emergencia al Hospital Antonio Lenin Fonseca, de Managua, donde 24 horas después se rindió a la muerte en la sala de Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
De acuerdo a datos de las autoridades policiales, la mujer trans fue atacada con violencia hasta ocasionar un trauma craneal y facial severo, que la llevó a la muerte producto de los golpes que recibió con palos en la cabeza.
Ruíz Álvarez habitaba en el reparto Bombonaci, de esta ciudad, donde fue despedido al ritmo de la marimba y bailes tradicionales de Masaya hasta su última morada.
Por Voces Unidas