Nicaragua, bajo el régimen de Daniel Ortega, ha retrocedido 15 puestos en el Índice de Progreso Social (IPS), a nivel mundial, en los último 12 años, lo que significa que el Estado no está proveyendo a la población de los estándares mínimos para que tengan acceso a alimentación suficiente, educación de calidad, así como seguridad y oportunidades para que desarrollen su potencial pleno.
Según un análisis, publicado este 24 de mayo, por la revista británica especializada en economía, The Economist, y que toma como fuente el informe de IPS producido por Social Progress Imperative, Nicaragua obtine 60.23 puntos y está en el puesto 108 de un total de 170 analizados, y en cuanto a progreso social ha retrocedido, como consecuencia del deterioro de indicadores importantes como libertades y oportunidades para la población.
El economista nicaragüense en el exilio, Douglas Castro, explicó a Artículo 66 que, el Índice de Progreso Social tiene una escala de 0 a 100 puntos; en la que, a mayor puntaje, mayor Progreso Social. La calificación se logra a partir de la medición de la calidad con que cada Estado atiende tres aspectos que son: necesidades humanas básicas, fundamentos de Bienestar de las personas y oportunidades para la población.
Para el 2011, Nicaragua se ubicaba en el puesto 93, por lo que se analiza que en la medida que se ha ido deteriorando la democracia y se han ido suprimiendo libertades y oportunidades, el puesto del país en el escalafón de Progreso social ha ido retrocediendo, explicó el economista.
Agregó que entre los parámetros de medición para calcular el IPS se cuenta si la gente se siente segura, si es libre de restricciones para ejercer sus derechos personales, que nadie sea excluido de la oportunidad para progresar y que el Estado esté utilizando sosteniblemente los recursos naturales, entre otros parámetros. Nada de eso está en buen rumbo en Nicaragua.
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«En Nicaragua se ha deteriorado la democracia, no hay libertad de expresión y la gente no tiene oportunidades, sino veamos cómo miles de personas se han ido del país en busca de oportunidades», señaló el economista.
Destacó que el progreso social no se mide solo por el Producto Interno Bruto (PIB) de cada país, pues el progreso económico no siempre coincide con el progreso social, sobre todo en regímenes totalitarios como es el caso de Nicaragua.
El estudio dado a conocer por Social Progress Imperative y analizado por The Economist señala que los países que han logrado grandes avances en algunas áreas, como la satisfacción de las necesidades básicas son los países que protegen y expanden las libertades.
Para el 2022, Noruega está en el primer puesto, con una puntuación de 90,7. Mientras que Sudán del Sur quedó en último lugar.
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«La región que experimentó el mayor aumento en el bienestar es Asia Oriental y el Pacífico. En conjunto, los países mejoraron su puntaje SPI en un promedio de 18 puntos entre 1990 y 2020». Los países europeos son otro grupo que están en buena posición.
En el cao de América Latina, Venezuela, cuya economía se ha contraído en un 75% desde 201, es el peor puntuado y destacan que, en ese país, el dictador Nicolás Maduro, reforzó su control sobre el poder y ha visto «la mayor caída que cualquier país, en su Clasificación SPI entre 1990 y 2020».
«Hay menos bienestar en aquellos países que tienen regímenes autocráticos, como Venezuela que es el que más ha retrocedido desde 1990. Norcorea, Filipinas, Nicaragua», explicó Castro.