Aunque la no reelección del actual presidente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Dante Mossi, es celebrado como una victoria entre opositores al régimen de Daniel Ortega, que aspiran a cortar definitivamente los préstamos a Nicaragua, lo cierto es que no sucederá tal cosa. Con Mossi o sin él, los prestamos continuarán, pero tiene que haber mayor control, cero discrecionalidades y evitar que los fondos sirvan para fortalecer a la dictadura, opinaron analistas consultados por Articulo 66.
El exrepresentante de Costa Rica ante el BCIE (2018-2021), Ottón Solís, explicó que detener los créditos que ya están aprobados para Nicaragua, no es conveniente, porque habría pérdidas muy grandes, y de parte de Nicaragua habría argumentos legales para lograr multas al Banco, si deja de desembolsar recursos para proyectos, que ya han sido legalmente contratados. «Yo creo que hay que seguir con los créditos que se han aprobado y que están en ejecución», afirmó.
De igual manera, considera que la aprobación de créditos para Nicaragua va a seguir, sin embargo, en adelante debe haber más control en la aplicación de los criterios de aprobación. Mossi ignoró esos criterios durante su administración, que fue catalogada por el economista costarricense como «un desastre».
Refirió que ningún Estado socio se atreve a vetar la aprobación de un préstamo para el régimen de Ortega porque, sencillamente, Ortega respondería de la misma manera, quitándole apoyo para un préstamo al país que no lo apoye a él, por lo que la aprobación de créditos continuará.
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Lo que sí recomienda es que los procesos de aprobación deben regirse estrictamente a los criterios ya definidos entre los que se cuentan: «la promoción de la integración regional. Desarrollo integracionista, es decir, el desarrollo en el marco de la integración (centroamericana). Otro es el tema social, es decir, que haya desarrollo social con equidad, y que sea amigable con el tema ambiental. Esos son los ejes que deben cumplirse».
Citica aplicación de «criterios ideológicos»
Ottón Solís considera que varios organismos internacionales han certificado que «la democracia de Nicaragua dejó de serlo, es una dictadura disfrazada. No hay libertad de palabras, no hay libertad de organización. No hay libertad de demostraciones (manifestaciones), el Poder Judicial no es independiente, entonces en todos los indicadores de libertad y derechos humanos, Nicaragua no es una democracia».
Sin embargo, también valora que ningún organismo financiero internacional, debe condicionar préstamos con criterios ideológicos, como, según afirma, lo hace Estados Unidos a través del banco Mundial o el Fondo Monetario internacional.
Solís dice con contundencia que no estaría de acuerdo que en Nicaragua se apliquen criterios ideológicos, no obstante, reconoce que, en este caso, si al país centroamericano se le castigan los créditos es «porque no es una democracia».
Más presión para frenar flujo de fondos a Ortega
Por su parte, el exreo político y dirigente opositor en el destierro Félix Maradiaga opinó que la no reelección de Dante Mossi es un paso sumamente positivo en la dirección de «bloquearle los canales de financiamiento discrecional a la dictadura» y por otro lado de «forzar a que el BCIE retome su rumbo y su misión original».
Además, asegura que cesar a Mossi en el BCIE es un reconocimiento claro de la Junta de Gobernadores de que lo que la oposición nicaragüense advirtió, sobre falta de transparencia y la discrecionalidad con la que se estaban otorgando los préstamos a la dictadura de Ortega, son ciertas.
Asimismo, afirma que el BCIE es una organización bancaria de desarrollo de gran importancia para Centroamérica, «muy valiosa y necesaria y por ello hay que protegerla y Dante Mossi no era lo mejor para esa institución».

Y precisamente para proteger la institución regional y a la vez seguir incidiendo en la restauración de la democracia en Nicaragua, es que la campaña por cortar o controlar los fondos que se destinan a este país, continuarán con la incidencia, esta vez dirigida a los jefes de Estado y los gobernadores ante el BCIE.
«Un paso a la vez, pues cuando se hacen campañas de incidencia dispersas y se establecen puntos u objetivos demasiado amplios, no tienen éxito». En este sentido, han enfocado los efectos de la incidencia a puertas cerradas, con los parlamentos europeos, con los parlamentos de España, con el Congreso de Estados Unidos para que enviaran comunicaciones privadas a sus gobernadores en el BCIE.
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Asegura que las acciones de incidencia no se detienen porque «sería un error hacerlo. La no reelección de Mossi, ya se ha cumplido, es el primer objetivo. Esto es apenas una primera fase de los mecanismos de presión y el próximo paso sería incidir en los presidentes de los países socios», afirmó.
Además, van a impulsar el establecimiento de un mecanismo de vigilancia ciudadana para que los fondos del BCIE sean utilizados con mayor nivel de transparencia y que no financien «el aparato represor de la dictadura».
Maradiaga reconoció que es muy difícil pedirle a un Estado socio que se oponga a la aprobación de los créditos para el régimen de Ortega, pues eso implicaría que sus propios prestamos puedan ser bloqueados.
Es por ello, según explica el dirigente opositor, que la estrategia que están siguiendo es, «ir a hablar con las fuentes originales de financiamiento, como Estados Unidos, que es el mayor financiador del BCIE, que cuenta además con 15 estados miembros y socios extrarregionales. De alguna forma se puede ir a las fuentes raíz, a las fuentes originales, para abordar el tema del financiamiento a la dictadura», detalló Maradiaga.
Juan Sebastián Chamorro: «Seguiremos poniendo el dedo en la llaga»
El también exreo político y dirigente de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD), Juan Sebastián Chamorro, señaló que, teniendo el tema de la unidad opositora siempre presente, seguirán la campaña de incidencia para que la dictadura no siga recibiendo fondos que le sirvan para fortalecerse.
Puntualizo que no van a dejar de «poner el dedo en la llaga» en el tema BCIE, en el sentido de que hay que asegurar de que los prestamos no le lleguen a la dictadura y se respete la institucionalidad del Banco, de fomentar la integración económica regional de los cinco países centroamericanos.
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Chamorro, coincidió con Maradiaga en que la campaña ahora deberá estar orientada en generar presión para que los financiamientos sean utilizados para lo que el banco fue originalmente diseñado, no para financiar a una dictadura
También opinó que no sería prudente hablar de un bloqueo total de préstamos de parte del BCIE, porque efectivamente hay recursos que son necesarios para apoyar proyectores sociales determinados y que son necesarios.
«Ni un centavo para los aparatos represivos»
En tanto, el opositor en el exilio y dirigente de la Unidad Nacional Azul y Blanco, Héctor Mairena, también opina que se debe respetar los criterios necesarios para la aprobación de los créditos del BCIE a Nicaragua, específicamente el tema de los derechos humanos y la democracia, que deben ser indispensables para que se pueda mantener el flujo de fondos.
«Establecer un control muy estrecho de que los fondos destinados a Nicaragua se usen para los que están definidos y que no suelten ni un centavo para el fortalecimiento, por ejemplo, de la Policía. Ni un centavo que pueda ser utilizado para fortalecer los aparatos represivos de la dictadura», sentenció el opositor.