Monseñor Sócrates René Sándigo, obispo de la Diócesis de León, informó a la feligresía de la ciudad universitaria que el próximo domingo, dos de abril, no se realizará la tradicional procesión de «Jesús del Triunfo», la que se hace cada año, previo a la Semana Santa, conocido también como «Domingo de Ramos».
Sin hacer referencia, que es el régimen de Daniel Ortega quien prohibió toda procesión de la Iglesia católica, incluidas las de Semana Santa, el prelado se limitó a decir que «hasta el momento, según lo que se sabe, no vamos a tener la procesión de Jesús del Triunfo, esa hermosa procesión de años».
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«(..) si no hay otra indicación distinta de la que ya se ha dado, pues no vamos a tener esa procesión, ya cualquier cosa avisaríamos», subrayó el obispo, criticado por su cercanía con el gobierno sandinista.
Indicó, además, que en la celebración del próximo domingo se hará la tradicional bendición de las palmas. «Allí en el atrio —de la Catedral— para luego entrar a la celebración», manifestó.

«Yo invito a toda nuestra feligresía de León, Chinandega, a acercase a Dios en esta Semana Santa, a llenar los templos, a vivir una santa semana en el Señor», agregó Sándigo, quien ha guardado silencio ante los ataques a la Iglesia católica de Nicaragua y al secuestro de monseñor Rolando Álvarez.
Además aprovechó para exhortar a los feligreses a tener «una actitud seria, de madurez, reflexión, de interiorización; aceptando esa invitación de escuchar al Señor».
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Desde el 2022, la dictadura de Ortega arreció la persecución y asedio en contra de la Iglesia católica de Nicaragua, secuestrando y condenando a más de 10 sacerdotes, incluyendo a monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa a quien mantiene recluido en el Sistema penitenciario Jorge Navarro, de Tipitapa, obligándolo a pagar una condena de 26 años de cárcel y la pérdida de su nacionalidad, por el supuesto delito de «traición a la patria».
También ha impedido la libertad de culto, cancelando toda actividad masiva, arremetiendo, inclusive, en contra de sacerdotes y religiosos que pretenden hacer alguna actividad en la calle.
La última agresión contra sacerdotes se dio el jueves 23 de este mes, cuando la Policía intentó secuestrar al padre Pedro Méndez, párroco de la iglesia Santa María Magdalena, en Monimbó, Masaya.
Según testigos, el acto represivo de la institución policial se originó porque el religioso llamó a una jornada de ayuno y oración por la libertad de monseñor Álvarez.