El sociólogo y opositor Douglas Castro Quezada aseguró que a pesar de que monseñor Rolando Álvarez físicamente se ve demacrado, él proyectó mucha «fuerza, firmeza y dignidad» en la reciente exhibición que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo hizo del obispo de Matagalpa.
«Espiritualmente vemos a alguien sólido. No así físicamente porque se ve demacrado. El aislamiento y otros tratos crueles a los que lo somete la dictadura no han logrado su objetivo, que ha sido mellar su moral. De igual forma pasó con varios presos políticos», sostuvo Castro al equipo de Artículo 66.
«Monseñor (Rolando Álvarez) y los presos en general no han podido ser doblegados», resaltó el especialista, quien reiteró la «fuerza, firmeza y dignidad» que mantiene el líder religioso, pese a los tratos crueles, inhumanos y aislamiento al que es sometido.
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Además, Douglas Castro Quezada señaló que «la puesta en escena de la dictadura trata de quitarse presión ante la demanda nacional e internacional por la liberación de monseñor Álvarez. El mensaje que ellos quieren enviar es que son benevolentes, magnánimos, que no maltratan a los presos. Pero todo mundo sabe que no es así nacional e internacionalmente. Esa línea de discurso probablemente solo puede convencer a los sectores más radicales del sandinismo, pero hasta ahí».

Por su parte, el psicólogo Róger Alfredo Martínez explicó a Artículo 66 que «el lenguaje no verbal de monseñor me indica que al se le dieron orientaciones de cuidado con lo que vas a decir, porque era lo mismo que nos decían a nosotros, si ustedes dicen algo, si ustedes mencionan algo no habrá siguiente visita, estoy seguro de que hubo algún tipo coacción, de amenazas, de que si monseñor decía algo de lo que está experimentando en la cárcel, iba a tener consecuencia».
El también excarcelado político indicó que los gestos y las respuestas del obispo de Matagalpa al periodista oficialista «reafirma que no la está pasando bien» y la sonrisa que se observó en el religioso fue «de alguna manera para salvar el momento con sus familiares, recordá que estaban sus hermanos y pues él sonríe para no agobiar con más preocupaciones a sus hermanos, que podían afectar la salud de ellos, pues son personas de la tercera edad».
«Además él (monseñor Rolando Álvarez) tiene fortaleza de espíritu por la gran fe que él tiene, también recordá que él tiene que pensar en el bienestar y en el equilibrio de su familia, quienes son los que lo llegaron a visitarlo».
El obispo de la Diócesis de Matagalpa fue exhibido la noche del sábado, 25 de marzo, a través de los medios de la propagada gubernamental, luego de la visita que le hicieron dos de sus hermanos, quienes no lo veían desde el nueve de febrero, día en que se negó a ser desterrado de Nicaragua junto a otros 222 exreos políticos.

El dictador Daniel Ortega permite la visita del religioso luego que a inicios de marzo, Vilma Esperanza Álvarez Lagos, hermana del prelado, demandara a las autoridades nicaragüenses que le permitieran visitarlo, ya que no lo veía desde hace más de un mes, cuando la justicia de orteguista lo trasladó a la cárcel «La Modelo» de Tipitapa, como castigo por negarse a abordar un avión para ser desterrado.
El régimen declaró culpable a monseñor Rolando Álvarez por los supuestos delitos de «traición a la patria»; lo condenó a 26 años y cuatro meses de cárcel, arrebatándole su nacionalidad y despojándolo de sus derechos civiles y políticos de por vida.
Esta fue la primera visita que los familiares del obispo le hicieron en «La Modelo», luego de la condena impuesta por la justicia orteguista; además es la primera vez que Ortega lo exhibe en fotografías junto a sus familiares.