El líder estudiantil y excarcelado político Lesther Alemán señaló que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo encerró a monseñor Rolando Álvarez con la intención de «silenciar las verdades incómodas», no obstante las palabras proféticas del prelado continúan «resonando y escuchándose» entre los nicaragüenses.
Al menos 40 días han pasado desde que el obispo de la Diócesis de Matagalpa fue trasladado al Sistema Penitenciario Jorge Navarro, conocido como «La Modelo». Desde ese momento, se desconoce su estado de salud.
Alemán, quien fue desterrado y declarado apátrida por el regimen orteguista, denunció que la dictadura «ha desparecido» a líder religioso, debido a que desde el nueve de febrero nadie lo ha visto, ni sus familiares y las autoridades tampoco brindan algún tipo información respecto a la situación del prelado.
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«A monseñor Rolando lo encerraron creyendo silenciar las verdades que les incomoda. Pero su nombre sigue resonando, sus homilías se siguen escuchando y sus consejos nos siguen acompañando», escribió el joven opositor en su cuenta de Twitter.
«Exigimos lo muestren a su familia vivo y en libertad», agregó Alemán.
Organismos de derechos humanos y abogados han afirmado que el jerarca católico es sometido a una «desaparición forzada» por parte de la dictadura orteguista.
A inicios de febrero de 2023, el régimen intentó desterrar a monseñor Álvarez de Nicaragua enviándolo en un avión a Estados Unidos, pero el prelado arruinó el plan de la pareja dictatorial y se negó a abordar el vuelo.
A día de hoy, su familia no ha podido verlo, según denunciaron medios locales y organismos de derechos humanos que documentan el caso del primer obispo encarcelado y condenado por la dictadura de Nicaragua. Su hermana ha pedido a la justicia del régimen que le permitan ver a su pariente, pero todo ha sido inútil. No sabe dónde y cómo está.

Desde su violenta captura, el 19 de agosto de 2022, el obispo Álvarez permaneció en la vivienda de su familia en Managua. El prelado es parte del grupo de más de 30 presos políticos que la dictadura mantiene en sus cárceles, la mayoría están confinados en «La Modelo», en Tipitapa.
Después de resistirse a ser desterrado, el obispo fue llevado a los Juzgados de Managua donde lo sometieron a un juicio sumario exprés. Ese mismo día, el 10 de febrero, fue declarado culpable, lo condenaron a 26 años de cárcel, le arrebataron su nacionalidad y lo despojaron de sus derechos civiles y políticos de por vida.
El obispo de Matagalpa es una de las voces más críticas contra la dictadura de Ortega y Murillo, el binomio que controla los hilos del poder en Nicaragua, un país sumido en una crisis sociopolítica, económica y de derechos humanos desde 2018.