El papa Francisco endureció su tono para referirse a la dictadura de Nicaragua, encabezada por Daniel Ortega y Rosario Murillo. Describió que son desequilibrados, comunistas y hitlerianos.
En la entrevista con el medio argentino Infobae, el sumo pontífice usó la palabra «guarangas», que según la Real Academia Española (RAE), «guarango» significa «incivil, grosero». La palabra se emplea en cuatro países de Surámerica: Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay.
El Oxford Languages define «guarango» como alguien «que es maleducado, descarado, grosero o vulgar». La palabra se usa en los países hispanohablantes del Cono Sur, como la Argentina, de donde es originario Francisco.
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Usuarios en redes sociales han publicado diversos mensajes usando la palabra que el papa usó para describir a los dictadores nicaragüenses. Incluso les han llamado «sapos guarangos» y otra decenas de referencias a la alusión del Su Santidad.
«El papa Francisco nos ha permitido acuñar un nuevo término descriptivo, corto y poderoso, para referirnos a los batracios piricuacos: guarangos neonazis», escribió un internauta en Twitter.
Francisco comparó la forma de gobernar de Daniel Ortega con la dictadura de Adolf Hitler o las tiranías comunistas del siglo XX. «Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige», expresó el papa.
«Es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera traer a la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35, traer aquí las mismas…», subrayó Francisco.
Hasta ahora el sumo pontífice había sido muy diplomático con la dictadura nicaragüense, pero los últimos ataques de Ortega han sido virulentos contra la Iglesia.
Según la exembajadora de Argentina ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Paula Bertol, «guaranga» significa «grosera, alevosa, de cuarta, agresiva… un poco de todo eso. Y yo agregaría que esa dictadura es mucho más que eso».
El dictador y su mujer han tildado a los obispos, sacerdotes y los papas como una mafia, dictadura perfecta, tiranía, golpistas, demonios, sepulcros blanqueados, terroristas y un rosario de peyorativos contra la Iglesia.
Al obispo Rolando Álvarez, actual rehén de conciencia de la dictadura, Daniel Ortega lo acusó de ser soberbio, energúmeno, rabioso y desquiciado», tras negarse a abordar el avión al destierro a Estados Unidos el nueve de febrero pasado.

Un día después, el 10 de febrero, fue condenado a 26 años de cárcel por presuntos delitos de traición a la patria y propagación de noticias falsas. Francisco afirmó que monseñor Álvarez es «un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio».
«El papa nunca ha estado en silencio»
La investigadora Martha Patricia Molina, autora del informe «Nicaragua: Una Iglesia perseguida», que documenta los ataques de la dictadura del régimen Ortega Murillo contra la Iglesia católica, aseguró que la ciudadania esperaba un «pronunciamiento inmediato» del papa.
«El papa nunca ha estado en silencio, el ha permanecido orando por lo que sucede en Nicaragua; sin embargo, sus declaraciones públicas actuales han sido realizadas en un tiempo prudente, cuando observa que no hay salidas ni medios», explicó la investigadora.
Molina indicó que no se puede esperar que el sumo pontífice, los obispos y sacerdotes actúen igual que los laicos. «El papa ha hecho una descripción excelente de lo que es el dictador al compararlo con uno de los personajes más nefastos de la historia como lo fue Adolf Hitler», aseguró.
La experta señala que ahora lo que se espera es una »respuesta más sanguinaria» de parte de la dictadura Ortega Murillo hacia la Iglesia católica nicaragüense.