Grupos opositores de Nicaragua valoraron las declaraciones del papa Francisco respecto a la crisis sociopolítica que vive el país como un «espaldarazo» a un pueblo que resiente la persecución religiosa a la que la dictadura de Daniel Ortega lo ha sometido.
En entrevista con Infobae, el pontífice subió el tono de sus críticas al régimen de Ortega y Murillo, llegando a comparar su forma de gobernar con la dictadura de Adolf Hitler o las tiranías comunistas del siglo XX. «Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige», expresó.
El sociólogo y miembro de la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN), Douglas Castro Quezada, señaló que las palabras de su santidad «son un espaldarazo para Nicaragua, y son adecuadas, porque vienen después del ensañamiento con monseñor Rolando Álvarez, la prohibición de las actividades de la Iglesia para Semana Santa y la reciente cancelación de universidades católicas».
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«De igual forma son palabras de aliento para todos los cristianos católicos de Nicaragua, que están resintiendo la persecución religiosa a la que la han sido sometidos por la dictadura sandinista de Daniel Ortega», subrayó.


Asimismo, Castro Quezada aseguró que el mensaje del papa Francisco «es a nivel, por lo menos comunicativo, un basta ya; es decir que este enfoque silencioso, bastante sensato, discreto de tratar de incidir en la dictadura para que cese su brutalidad, su persecución contra la Iglesia ha demostrado que no ha funcionado. La Iglesia está en una nueva etapa en la que tratará de llamar a las cosas por su nombre, ser más contundente y eso no solo lo vemos en las palabras del papa, sino en todos los medios de la Iglesia católica alrededor del mundo, se podría decir que es un parteaguas en las relaciones del Vaticano con la dictadura sandinista».
«Las palabras del papa Francisco son sumamente contundentes y creo que es lo que esperábamos la mayoría de los nicaragüenses y todas las personas que están pendientes de las graves violaciones a derechos humanos que se han cometido en Nicaragua», agregó.
Por su parte, el abogado e integrante del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), Juan Diego Barberena, resaltó que las declaraciones de su santidad «ponen de relieve esa distancia, esas relaciones absolutamente críticas entre el Vaticano y la dictadura de Ortega, de tal suerte que el papa toma una posición política, le llama a Ortega dictador, lo compara con la dictadura de Adolfo Hitler y además lo compara con las dictaduras fascistas de la región, en especial de Argentina, que es la experiencia que el papa mejor conoce».


El mensaje demuestra «el respaldo incólume de la Iglesia católica a monseñor Rolando Álvarez, a su misión pastoral, a su posición del lado de la verdad y la justicia, con respecto al sufrimiento del pueblo nicaragüense», resaltó el opositor.
Agregó que las palabras del jerarca de la Iglesia católica «nos hace concluir que no hay tal negociación o diálogo, o entendimiento entre el Vaticano y la dictadura de Ortega».
El exdiplomático Arturo McFields también sostuvo que su santidad «habló sin miedo y sin filtros» respecto a la crisis sociopolítica que vive Nicaragua.
«Se sumó a las voces mundiales que llaman a Ortega un dictador al estilo Hitler. Destacó nuevamente la valentía y gallardía de monseñor Rolando Álvarez ante una dictadura desquiciada q no respeta las leyes de Dios ni de los hombres», escribió en su cuenta de Twitter.
Asimismo, el desterrado y opositor, Félix Maradiaga, resaltó que «con sabiduría y diplomacia, el Papa Francisco, le dice a Daniel Ortega sus verdades: Desequilibrado, dictador… Y exalta la valentía de monseñor Álvarez».