Este fin de semana usuarios de redes sociales informaban que aparecieron en tres plataformas digitales perfiles que presuntamente pertenecen al dictador nicaragüense, Daniel Ortega, con el usuario de «presidente de la paz».
A diferencia de los demás presidentes de Centroamérica, Daniel Ortega y su esposa la vicemandataria, Rosario Murillo, no han mantenido presencia a través de los medios digitales, quienes a pesar de las críticas mantienen actividad en las plataformas sociales.
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Hasta el momento, los perfiles de Twitter, Instagram y TikTok manejan solo un poco más de mil seguidores. Él ha seguido cuentas verificadas de algunos de los presidentes de la región como Nicolás Maduro, Evo Morales, Miguel Díaz Canel, Lula Da Silva, Luis Albert Arce, Xiomara Castro, Andrés López Obrador y Alberto Fernández. En Instagram también sigue a Cristina Fernández de Kirchner. Además, está pendiente de cuentas de los ministerios, instituciones y medios oficialistas de Nicaragua, así como de otros países con los que su gobierno tiene alianzas políticas.
Sus recientes publicaciones en Twitter fueron en referencia al homenaje realizado al expresidente de Venezuela fallecido Hugo Chávez, el cual se desarrolló en Caracas este domingo, cinco de marzo, donde Ortega llegó de manera sorpresiva, aparentemente sin Rosario Murillo. «Hoy más que nunca tenemos que unir nuestras fuerzas, nuestra acción de lucha para continuar librando la batalla por la libertad y la unidad de nuestro pueblo», tuiteó el perfil del mandatario.
Durante su intervención presencial en la actividad Ortega refirió que «nosotros hemos aprendido, a lo largo de la historia, que los diálogos con el imperio son una sentencia de muerte. Aceptar diálogos con el imperio es como comprar confites en el infierno. En estos momentos proponen diálogo los mayores asesinos de la historia, por todos lados proponen diálogo y van con el puñal para tratar de destruir, asesinar, porque para ellos la hegemonía del imperio yanqui, la esencia de esa hegemonía, que es el capitalismo y la opresión de los pueblos, es algo que innegociable», dijo en referencia a un posible diálogo con Estados Unidos.
El mensaje lo envió semanas después de haber sacado de las cárceles a 222 presos políticos, de forma repentina. A pesar que el régimen de Ortega acusó a los excarcelados de ser supuestos «traidores de la patria», los desterró hacia Estados Unidos y los despojó de su nacionalidad, el acto de «liberarlos» fue interpretado como una muestra de su «desesperación» en dialogar con el país norteamericano, lo cual ha sido negado por Ortega, en reiteradas ocasiones, ante sus seguidores.
Ortega aún tiene en las cárceles a 37 presos políticos, incluido al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, enviado a prisión tras negarse al destierro y que, según analistas políticos, hizo fracasar el plan de Ortega.