Después de 17 meses encerrado en una de las celdas de la la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) en Managua, el exreo político Yader de los Ángeles Parajón Gutiérrez está libre, luego que el nueve de febrero, el régimen de Nicaragua ordenara su destierro a Estados Unidos.
El activista político estaba pagando una condena de 10 años de prisión, por el supuesto delito de «conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional». La jueza Décimo Tercero Penal de Juicio, Ulisa Yahoska Tapia Silva, también lo inhibió para ejercer cargos públicos.
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Ahora en libertad, el integrante de la Unidad Nacional Azul y Blanco (Unab) narró a Artículo 66 el cautiverio vivido «solo por defender derechos humanos y demandar justicia por mi hermano Jimmy José Parajón Gutiérrez», asesinado el 11 de mayo de 2018, durante las protestas sociales contra el régimen de Ortega.
Uno de los recuerdos que el joven opositor hizo énfasis fue cuando las autoridades policiales lo encerraron por 13 meses en una celda de castigo, la que calificó como «celda de odio», y de donde pudo salir luego de haber realizado una huelga de hambre.
«Estuve en una celda que mide dos metros de frente por dos de fondo, donde estaba el sumidero, seguido de una pequeña pared del camarote, la que compartí con —el líder campesino— Medardo Mairena. Estábamos súper incómodos, solo podíamos dar dos pasos, y medio estirarnos; mirábamos el sol cada 10 o 12 días», narró el exsecuestrado político
La iniciativa de la huelga de hambre, sabiendo las repercusiones que podría traerle, Parajón explicó que fue por «un tema de salud mental y de sobrevivencia, yo dije: “O la bebemos o la derramamos”, para que mI demanda llegara, porque —los agentes policiales— solo me decían que iban a consultarlo pero no había ninguna respuesta».
«Resistí para seguir viviendo»
Para resistir por más de un año en la celda de castigo y ser trasladado a otra con un poco más de espacio, Parajón asegura que lo único a lo que se aferró fue «a las ganas de sobrevivir; repetía a diario la frase de una canción que era “resistiré” y resistí para seguir viviendo».
Otro de los motivos que hacían que el ahora desterrado político se mantuviera firme en la cárcel fue «no darle otro trago amargo» a su padre, Miguel Ángel Parajón, quien aún llora la muerte de su otro hijo, Jimmy Parajón.
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«No quería enfermarme ni física ni mentalmente, aunque tuve crisis de migraña y alergia y el desaseo me provocaba alergias y hongos, pero mi determinación fue tener esperanza para no provocarle más dolor a mi papá», dijo.
«El odio de la pareja presidencial me hizo estar preso»
En cuanto a los motivos por los que lo encarcelaron, el estudiante de la carrera de psicología en la Universidad Centroamericana (UCA) asegura que fue por «el odio de la pareja presidencial —Daniel Ortega y Rosario Murillo—».
«El odio de los Ortega Murillo me hizo su prisionero, porque se aferran al poder y no permiten ninguna voz contraria a lo que ellos dicen, porque antes de mi encarcelamiento me asediaban, no me dejaban salir de mi casa, mucho menos ir a la universidad», denunció.
Recordó además que por «el mismo odio» intentó salir del país, sin embargo fue capturado en la frontera de El Guasaule. «El único motivo por el que estuve encerrado es haber dicho que Ortega apostó por la política del plomo y haber demandado justicia por la muerte de mi hermano».
En cuanto a la exhibición que el régimen hizo el primero de septiembre de 2022 en el Tribunal de Apelaciones de Managua, Yader Parajón refirió que el objetivo primordial era exigir a través de los medios de la propaganda gubernamental que lo sacaran de la celda de castigo.
«También quería demostrar mi firme dignidad, hacer ver que pese a la complejidad de la cárcel había creado una coraza para poder sobrevivir y hacer saber lo que estaba haciendo era más un gesto de debilidad para el régimen de Nicaragua». aseveró el exreo político.
«Quiero recuperar mi paz mental»
Para Yader Parajón, el estar libre aunque fuera de Nicaragua se lo debe primeramente a Dios y a su padre quien siempre estuvo presente llevándole dos botellas de agua y animándolo a resistir.
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«Una vez que estábamos en la Fuerza Aérea entendí que era una expulsión de mi país, y solo le pude decir a José Adán Aguerri: “Bueno Chanito. nos expulsan de Nicaragua”, aunque la pensé en firmar, pero era salir o seguir en la cárcel y exponerme a morir».
«Pensaba en mi padre y en su sufrimiento por verme encerrado, por eso decidí firmar, porque él mismo me decía que preferiría verme lejos que seguir encerrado», agregó.
Pese a que el régimen de Nicaragua lo declaró apátrida junto a los 221 exreos políticos, Parajón dijo «que Daniel Ortega es el máximo traidor a la patria y lo que causan sus leyes es risa, porque nunca dejaremos de ser nicaragüenses».
Ahora en libertad, el joven de Managua afirma que por el momento espera estabilizarse en Estados Unidos y poder recuperar su salud mental y física, pero asegura que seguirá con su activismo político, «demandando justicia y libertad para Nicaragua, porque esto no se acaba hasta que se acaba», concluyó.