El papa Francisco, el máximo líder de la Iglesia católica, expresó su dolor y consternación por el encarcelamiento y condena que el régimen de Daniel Ortega impuso contra el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez.
El jerarca de la Iglesia nicaragüense fue condenado a 26 años y cuatro meses de prisión sin siquiera realizársele un juicio. La dictadura lo señala de delitos de conspiración, propagación de noticias falsas, obstrucción de funciones agravadas y desacato a las autoridades.
El pontífice, que también aludió a los 222 excarcelados políticos desterrados, pidió a los Ortega-Murillo, aprovechando su homilía en la Plaza de San Pedro, que se abran al diálogo.
Noticia relacionada: Brian Nichols rechaza condena impuesta por el régimen contra monseñor Álvarez
El mensaje del papa Francisco llega en medio de las críticas a la Iglesia por guardar silencio frente a las constantes amenazas, encarcelamientos y acoso a líderes católicos nicaragüense.
Entre el grupo de desterrados, once están vinculados con la Iglesia. Fueron expulsados del país cinco sacerdotes, dos seminaristas, un diácono y tres laicos que laboraban en medios de comunicación de la Conferencia Episcopal. Aún quedan tres religiosos en prisión.
Monseñor Álvarez es el primer obispo nicaragüense encarcelado por la dictadura sandinista. El régimen también lo declaró apátrida.
La Conferencia Episcopal de Costa Rica se unió al profundo dolor ante la “injusticia” cometida contra el jerarca. Llamó a que cesen las persecuciones, por lo cual pidió a los sacerdotes a ofrecer “esta intención en las eucaristías y a todo el pueblo santo de Dios a unirse en una actitud de oración constante”.
Noticia relacionada: EEUU pide a Ortega que el obispo Álvarez sea “liberado inmediatamente”
Por su parte, el cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez, se pronunció en rechazo a la sentencia contra su hermano en el episcopado, monseñor Rolando Álvarez, y criticó la decisión del régimen Ortega-Murillo de retirar la nacionalidad nicaragüense a «quien piensa distinto».
“Quieren oprimir la libertad”, denunció el jerarca en su homilía dominical y le recordó a los dictadores que todos siempre terminan mal.
Los obispos españoles igualmente se pronunciaron ante el destierro y eliminación de la ciudadanía nicaragüense a excarcelados políticos. Además, reprocharon la persecución a sus hermanos en la fe.
En un comunicado, dijeron unirse «a los sentimientos de los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua que sufren persecución por parte del gobierno del país por la defensa de la libertad de los nicaragüenses. Pedimos a todos los católicos y a todas las personas de buena voluntad su oración por la resolución pacífica de este conflicto y un compromiso activo por la paz que tiene su fundamento indiscutible en la justicia».
El Cenidh, una de las entidades ilegalizadas por el orteguismo, lanzó un SOS por el líder de la Iglesia, rehén de conciencia de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. El organismo nicaragüense demandó saber en qué condiciones está detenido el jerarca y cuál es su condición física y psicológica.
“No sabemos si lo tienen en la Galería 300, El Infiernillo, si está con los demás presos políticos o con reos comunes”, lamentó el Cenidh a través de una publicación en su cuenta de Twitter, remarcando que la integridad personal y la vida del prelado están en riesgo.