El Papa Francisco manifestó este domingo su apoyo al obispo de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez, quién fue condenado este 11 de febrero a 26 años de prisión por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
«No puedo dejar de recordar con preocupación al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, a quien quiero mucho, condenado a 26 años de cárcel», dijo el Pontífice, en sus primeras palabras tras la celebración de un juicio sumario exprés ordenado por el orteguismo debido a la negativa del obispo de ser deportado junto a otras 222 personas detenidas por motivos políticos, quienes fueron desterrados por el régimen a EE. UU.
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Tras mostrar su solidaridad con el obispo Álvarez, el Pontífice volvió a reiterar al régimen orteguista para que se abra a un proceso de diálogo.
«Pidamos también al Señor, por intercesión de la Inmaculada Virgen María, que abra los corazones de los dirigentes políticos y de todos los ciudadanos que buscan sinceramente la paz, que nace de la verdad, de la justicia, libertad y amor y se logra a través de la práctica paciente del diálogo».
Francisco también tuvo palabras para los presos políticos nicaragüenses excarcelados y desterrados hacia EE. UU. recordando a «las personas que han sido deportadas».
«Las noticias que llegan de Nicaragua me han producido no poco dolor», enfatizó el Papa este 12 de febrero.
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El máximo líder de la Iglesia católica aseguró orar por las personas opositoras desterrados y por todos los que padecen por el autoritarismo dentro de Nicaragua.
«Rezo por ellos y por todos los que sufren en ese querido país», finalizó Francisco.
La justicia de Daniel Ortega condenó este viernes, 10 de febrero, al obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, bajo una pena de 26 años de cárcel. Esto luego de ser trasladado al sistema penitenciario Jorge Navarro conocido como «La Modelo».
Monseñor Álvarez es el primer obispo nicaragüense encarcelado por la dictadura sandinista y acusado de delitos de traición a la patria, por presuntamente violar la Ley 1055, Ley de Soberanía. Esa herramienta jurídica fue aprobada para perseguir a los opositores al régimen.
