El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, se dirigió nuevamente al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo señalando que en Nicaragua gobierna «una banda de delincuentes disfrazados de políticos».
«“Un Estado sin justicia sería una banda de ladrones”. Esta frase de San Agustín la citó hoy el papa (Francisco) al llegar al Congo. Ese Estado que San Agustín imaginaba que “sería”, “ya es” en algunos países como Nicaragua, en donde manda una banda de delincuentes disfrazados de políticos», expresó mediante un tuit el jerarca católico.
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Durante su homilía del domingo, 29 de enero, el jerarca en el exilio se refirió a tres bienaventuranzas: la de los pobres de espíritu, la de los que tienen hambre y sed de justicia, y la de quienes son perseguidos por causa de la justicia.
«Quienes por causa del bien y la verdad son calumniados, son perseguidos, condenados, sufren la cárcel o se ha visto forzados al exilio, no se han equivocado. Jesús los invita a no sentirse derrotados, sino más bien dichosos por sus opciones y sus luchas, ya que los poderes del mundo persiguen y ultrajan a los testigos de la verdad y a los profetas de Dios», manifestó monseñor, en tiempos que más de una decena de religiosos y laicos sufren cárcel bajo la dictadura de Nicaragua.
A quienes no han pactado ni se han doblegado ante los tiranos, que han resistido y denunciado las ambiciones de poder, y «han soportado la cruz por estar al lado de los crucificados de hoy, han elegido el camino correcto», agregó.
El prelado envió el mensaje días después que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo declaró «culpables» a seis religiosos y un laico de la diócesis de Matagalpa, en la que sería la antesala del juicio político contra monseñor Rolando Álvarez, obispo de la diócesis de ese departamento y crítico de las violaciones a los derechos humanos en el país.
La dictadura de Nicaragua los acusa de conspirar y propagar noticias falsas en contra de ella. Monseñor Báez ha sido una de las voces calificadas que ha exigido la libertad incondicional de monseñor Álvarez y demás miembros de la Iglesia.
Esta mañana el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) denunció que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, durante el primer mes de 2023, ha profundizado la persecución contra la Iglesia católica. A todos los religiosos, excepto al obispo Álvarez porque aún no ha enfrentado juicio, el régimen los declaró culpables de los supuestos delitos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas.
La entidad también incluyó que, durante el mes de enero, Ortega «prohibió e impidió actividades religiosas en distintas iglesias a nivel nacional». Subrayan que «ha negado la entrada a sacerdotes a su propio país» como ocurrió recientemente con monseñor Rodrigo Urbina, párroco de la iglesia San Juan Bautista de Sutiaba, perteneciente a la Diócesis de León y Chinandega, quien se disponía a volver a Nicaragua de un viaje a Miami, Estados Unidos.