Nicaragüenses que radican en Miami, Estados Unidos, realizaron ayer, 29 de enero, una «caravana por Nicaragua» con el objetivo de continuar demandado justicia por los centenares de compatriotas asesinados a manos del régimen orteguista y por la libertad de las más de 230 personas presas políticas que permanecen cautivas en las diferentes cárceles del país.
La opositora Aida Carrión detalló al equipo de Artículo 66 que el «tranque de Miami efectuó una caravana por la libertad de los presos politicos, en especial, por monseñor Rolando José Alvarez Lagos, por los exiliados, secuestrados, y por la justicia de los asesinados por la dictadura Ortega Murillo».
Resaltó que los nicaragüenses que participaron de la manifestación gritaban: «Justicia para Alvarito Conrado y su padre», esto en alusión a que el pasado 27 de enero, Álvaro Conrado Avendaño falleció en un hospital capitalino. Conrado es un familiar más que fallece sin lograr que el crimen de su hijo alcance la justicia.
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La «caravana por Nicaragua» recorrió varias vías de la ciudad de Miami. La manifestación «partió del Consulado nicaragüense atravesando la famosa Calle 8 hasta llegar a la 107 Avenida haciendo derecha en la ciudad de Sweetwater, pasando por el Centro Comercial Managua, el Parque Ruben Darío y regresando al Consulado por la West Flagler», indicó Carrion.
«En el trayecto (la caravana) se detuvo unos minutos en la protesta que todos los domingos realiza la organización Vigilia Mambisa de la comunidad cubana en apoyo a sus compatriotas presos políticos por la dictadura Castro-Díaz Canel», agregó.
En la manifestación participaron nicaragüenses provenientes de varias partes de Florida, desde Port San Lucie, West Palm Beach, Hollywood hasta Homestead. El padre de Gerald Vásquez, Yader Vásquez, acompañó la iniciativa y aprovechó para demandar justicia por el asesinato de su hijo. Además, activistas, defensores de derechos humanos, expresos políticos y opositores exiliados se sumaron a la caravana.


Este próximo abril, se cumplen cinco años del estallido de abril. Los familiares de los asesinados en las protestas sociales siguen demandando justicia, pero más bien son objeto de asedio, hostigamiento y amenazados con cárcel que a muchos ha obligado al exilio.
El régimen de Ortega y Murillo mantiene a más de 230 nicaragüenses encarcelados por oponerse a su gobierno dictatorial. Los opositores son objeto de torturas, aislamiento y malos tratos en las cárceles del país.