Durante la Feria Internacional de Turismo (Fitur), que se celebró en Madrid entre el 18 al 22 de enero, la codirectora del Instituto Nicaragüense de Turismo, Anasha Campbell Lewis, negó que en el país hubiese violaciones a los derechos humanos además de la existencia de más de 220 presos políticos, más bien quiso «vender» una nación idílica siguiendo la misma versión y con la misma tónica del régimen de Daniel Ortega.
«Yo siempre invito a las personas para que sean testigos de primera mano. Muchas veces hay una percepción errónea, sobre todo lo que sale en los medios de comunicación; no es lo mismo estar en el país, que lo que uno a veces lee en periódicos», se defendió Campbell ante los cuestionamientos del periodista español Daniel Rodríguez Moya, quien la cuestionó sobre la crisis política que vive Nicaragua a manos del dictador Ortega y Rosario Murillo.
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Siguiendo el discurso oficial, pese a los señalamientos y ejemplificaciones sobre la persecución política contra los distintos sectores de la sociedad civil, la ministra de turismo afirmó que en Nicaragua «gracias a Dios disfrutamos, no solo de seguridad, sino de paz y tranquilidad que nos ha permitido destacar incluso en términos del desarrollo económico de nuestra Nicaragua».
En cuanto «a la seguridad» que ofrece el régimen a los turistas y los obstáculos y rechazo a periodistas extranjeros para entrar al país, Campbell defendió las acciones de la dictadura.
«Para entrar a Nicaragua se reúnen unos requisitos (…) Si uno cumple con los requisitos no hay ninguna dificultad», sostuvo a Rodríguez, director del documental «Nicaragua, patria libre para vivir», quien contó que ante la poca afluencia de visitantes al stand de Nicaragua en Fitur, la codirectora se mostró «contenta» en un inicio por la entrevista, pensando que únicamente se centraría en las «maravillas» que ofrece Nicaragua.
«En el caso de los que llegan a hacer algún trabajo audiovisual, llámese periodista o demás, pues hay un trámite que se hace con nuestra Cinemateca Nacional que es la entidad que regula todos esos temas audiovisuales», explicó, pero obvió la pregunta de los obstáculos o deportaciones a mujeres y hombres de prensa que han querido ingresar al país.
Siguió afirmando que sin paz y sin tranquilidad no se lograría los resultados en el turismo. «A pesar de la pandemia (COVID-19), a pesar de dos huracanes —en 2020, Eta y Iota— Nicaragua ha recuperado 65 por ciento de la cifras que tenía prepandemia, Todo eso demuestra la fuerza de un país pujante, donde hay un trabajo de no solo el gobierno, sino de las familias nicaragüenses y del sector privado que trabajamos de manera articulada», aseveró.
«No se deje llevar por lo que lee»
En clara confrontación con el periodista, quien colabora con el sitio digital Agenda Propia, Anasha Campbell le «invitó a documentarse» y no a «dejarse llevar por lo que lee». «Como periodista, yo creo que el que dirán no —es lo indicado—», refutó.
Referente a las protestas sociales del 2018, que según organismos de derechos humanos dejó un saldo de más de 300 asesinados, la ministra siguió con la línea de la dictadura Ortega-Murillo recalcando que en Nicaragua hubo un «intento de golpe fallido de Estado».
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«Usted está estancado desde hace cuatro años, cuando estaba ese tema», le reprochó Campbell al periodista Rodríguez Moya. Además, le reiteró de forma molesta que «aquí yo vine a hablarle de turismo, así que yo lo invito que más bien visite Nicaragua y pueda comprobar (…) y que no te cuenten cosas, que vaya al país para que pueda respirar la tranquilidad y la paz».
Campbell trató también de lavarle la cara al régimen de Ortega, señalado de crímenes de lesa humanidad, justificando que en las protestas de 2018, también fueron asesinados y quemados «compañeros policías y hermanos sandinistas».
Además justificó el exilio forzado de miles de nicaragüenses y el proceso judicial contra monseñor Rolando Álvarez, así como el encarcelamiento de más de 10 religiosos. «Hay leyes que uno tiene que respetar en Nicaragua y en cualquier país del mundo; no se hace nada fuera de la ley en nuestra Nicaragua», apuntó.
Pese a los fuertes señalamientos que se le hace a la dictadura de Nicaragua, Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo han utilizado —según opositores— el turismo para poder vender otra realidad.