El economista, analista político y exdiputado opositor Enrique Sáenz afirma que el diálogo entre el Vaticano con el régimen de Daniel Ortega no podría resultar beneficioso para la Iglesia católica, al contrario, buscaría «callar la voz profética» de monseñor Rolando Álvarez y los demás sacerdotes apresados.
«Negociar con Ortega es igual que negociar con un terrorista. No sé si El Vaticano negocia con terroristas. Además de pretender acallar la voz profética de monseñor Álvarez, el dictador lo mantiene prisionero en calidad de rehén. ¿Qué puede ofrecer el Vaticano a Ortega a cambio de la libertad de monseñor? ¿El silencio cómplice de la Iglesia ante los desmanes de la dictadura?», cuestionó el analista en entrevista con Artículo 66.
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Destaca que una de las pretensiones de Ortega es que las designaciones de los obispos cuenten con su consentimiento, por lo que se pregunta si la Santa Sede «¿aceptará semejante condición? Por ahora, ni siquiera está claro si hay o no ese diálogo porque, de existir, hasta ahora hemos visto el monólogo violento del dictador, a nivel de discurso y a nivel de acciones», añade.
«No podemos hacernos ilusiones, ni con la libertad de monseñor ni con la actitud del Vaticano: No dijeron nada con el cierre de los medios de comunicación católicos. No dijeron nada con la expulsión de las monjas de la Orden de Madre Teresa de Calcuta. No dijeron nada con la expulsión de monseñor Sommertag. Se prestaron al destierro de monseñor Báez», expresa Sáenz.
La noticia del diálogo entre la Santa Sede y Managua fue confirmada el pasado 11 de enero por monseñor Carlos Herrera, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), al medio digital Despacho 505. «No te puedo decir mucho porque son cosas de Estado, pero todavía está en ese proceso, en ese diálogo con la Santa Sede, todavía, para aclarar por qué lo están acusando (a monseñor Álvarez)», dijo Herrera.
El 10 de enero, el régimen sandinista llevó a monseñor Álvarez a los Juzgados de Managua a audiencia inicial, en la que admitió la acusación en su contra, mantuvo la prisión preventiva y lo remitió a juicio por los delitos antes mencionados.
Ante esto, Sáenz resalta que el papa Francisco aún sigue sin decir nada sobre el encarcelamiento de monseñor, «esos son los hechos. Esperemos que tanto la Conferencia Episcopal como el Vaticano rectifiquen y desempeñen la misión pastoral y profética que proclaman», finalizó.