Berta Valle, esposa del exaspirante presidencial y preso político Félix Maradiaga, informó de los ensayos que ha hecho con su hija Alejandra —Maradiaga— ante una posible llamada telefónica con su padre, con el que no ha tenido comunicación desde hace más de 500 días.
«Le conté a una amiga sobre la ilusión que tenemos ante la posibilidad de que nos concedan la primera llamada telefónica con mi esposo @maradiaga. Muy sabiamente me sugirió que preparara a Alejandra, nuestra hija de 9 años, para que pueda hablar con su papa después de año y medio», explicó la comunicadora a través de su cuenta de Twitter.
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Detalló que junto a su pequeña hija se sentaron «a imaginar el momento en que el cel suene y sea su papá al otro lado». En caso de que sea videollamada, también hicieron un ensayo.
«En esta parte se emocionó más y comenzó a mostrar sus habilidades de gimnasia», subrayó Valle, que desde el exilio sigue demandando la libertad del politólogo.
Tanto la niña Alejandra Maradiaga, como su mamá están a la espera de que el Gobierno de Nicaragua les conceda ese derecho durante la vista del sábado 31 de diciembre, fecha en que la Policía calendarizó por medio de una nota de prensa para que los presos políticos recluidos en «El Nuevo Chipote» puedan ser visitados por sus familiares con motivo de las fiestas de fin de año.
La opositora subrayó que esta «anécdota» es parte del día a día de lo que viven los familiares de las personas presas políticas a manos del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Hasta el momento, la dictadura nicaragüense solo ha permitido —el 25 de diciembre— que la presa política Suyen Brahama pudiera comunicarse con su hijo de cinco años, tras más de 18 meses de incomunicación.
Condenado a 13 años de prisión
Maradiaga fue capturado el ocho de junio de 2021 a pocos metros del Ministerio Público, en Managua, minutos antes había sido interrogado por los fiscales de Daniel Ortega. Tras su detención, fue trasladado a «El Nuevo Chipote», un reconocido centro de torturas, según indican los familiares de presos políticos.
La justicia orteguista le impuso una sentencia de 13 años de cárcel por el supuesto delito de menoscabo a la integridad nacional en perjuicio del Estado de Nicaragua y la sociedad nicaragüense».
El rehén de conciencia enfrentó siete audiencias que, de acuerdo con sus defensores, estuvieron «plagadas de irregularidades y nulidades» que culminaron con un fallo de culpabilidad.
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Durante el juicio, la Fiscalía presentó a 27 agentes de la Policía como testigos. La única prueba que se le imputaba era su participación en un grupo de WhatsApp y unas entrevistas de televisión. También presentaron la supuesta evidencia material, incluyendo objetos que fueron obtenidos durante el allanamiento a su casa.
Maradiaga es uno de los siete exaspirantes presidenciales a quienes el dictador Daniel Ortega sacó de circulación para competir «cómodamente» en las elecciones a la Presidencia del 2021, donde se reeligió por otros cinco años.