El eurodiputado Gabriel Mato, del Partido Popular (PP), exigió al régimen de Nicaragua que informe acerca del preso político Félix Maradiaga, quien lleva —al igual que otros rehenes de conciencia— 83 días sin recibir visita de de sus familiares.
«A día de hoy, seguimos sin que la cárcel de El Chipote nos dé noticias de #FelixMaradiaga. El régimen dictatorial de Nicaragua parece no tener límites. Exigimos saber si está bien. ¡Ya!», demandó el parlamentario europeo a través de su cuenta de Twitter.
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Mato se unió a finales de septiembre a la campaña mundial «Rompiendo cadenas, apadrina un preso político», que busca visibilizar la situación y la realidad de los presos políticos de todo el mundo, darle voz y reclamar a justicia y respeto para todos ellos.
Según el político europeo, el objetivo de la campaña es apoyar «a quienes han sido inmoralmente encarcelados por gobiernos totalitarios, incluso aislados y torturados».
Por su parte, Berta Valle, esposa del exaspirante presidencial demandó a las autoridades de «El Nuevo Chipote» mostrar ya al reo de conciencia que lleva más de 17 meses encarcelado.
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«83 días de total incomunicación sufren las personas presas políticas en El Chipote incluyendo a mi esposo @maradiaga. Demandamos que los #MuestrenYa. ¡La incomunicación constituye tortura, tememos por sus vidas!», expresó Valle a través de su cuenta de Twitter.
Maradiaga fue capturado el ocho de junio de 2021 a pocos metros del Ministerio Público en Managua, minutos antes había sido interrogado por los fiscales de Daniel Ortega. Tras su detención, fue trasladado a «El Nuevo Chipote», un reconocido centro de torturas, según indican los familiares de presos políticos.
La justicia orteguista le impuso una sentencia de 13 años de cárcel. El rehén de conciencia enfrentó siete audiencias que, de acuerdo con sus defensores, estuvieron «plagadas de irregularidades» que culminaron con un fallo de culpabilidad. La dictadura lo acusó de transgredir la Ley 1055, Ley de Soberanía, una herramienta jurídica aprobada por los diputados de la dictadura para perseguir, encarcelar y enjuiciar a los opositores del régimen Ortega-Murillo.
La última vez que Maradiaga recibió visita por uno de sus familiares fue a finales de agosto y exhibido por segunda vez en los juzgados de Managua en una supuesta «audiencia informativa» y además exhibido en los medios de la propaganda gubernamental.