El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio José Báez, demandó al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo que, en la víspera de la Navidad libere a los presos políticos que se encuentran en las diferentes cárceles de Nicaragua, que según datos de una organización civil, hasta noviembre de este año suman 235.
En un mensaje acompañado con una imagen del nacimiento de Jesucristo, el jerarca de la Iglesia católica mandó un mensaje directo a los que “gobiernan” en Nicaragua, a que liberen a los reos políticos y puedan aliviar el dolor de las familias que hoy recienten la ausencia de su pariente.
“En las vísperas de Navidad, en que festejamos la humanidad y la ternura de Dios pido, ruego, suplico a quienes gobiernan en Nicaragua: ¡Liberen a los presos políticos! ¡Alivien un poco el dolor de sus familias y del país!”, escribió Báez en su cuenta de Twitter.
El religioso añadió que, liberando a los presos políticos, la dictadura misma puede regalarse “un poco de paz en su corazón”. Según el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas, del total de detenidos, 225 de ellos fueron apresados entre abril de 2018 a la fecha, mientras que otros 10 fueron capturados previo al estallido de la crisis.
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La última vez que el régimen nicaragüense autorizó una visita de familiares a los reos políticos recluidos en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocidas como “El Chipote”, fue entre el 7 y 8 de diciembre, en ocasión a las festividades de la Purísima Concepción de María, según indicó en ese momento la Policía.
En las vísperas de Navidad, en que festejamos la humanidad y la ternura de Dios pido, ruego, suplico a quienes gobiernan en #Nicaragua: ¡Liberen a los presos políticos! ¡Alivien un poco el dolor de sus familias y del país! ¡Ustedes mismos, regálenle un poco de paz a su corazón! pic.twitter.com/xv2o8WnQwZ
— Silvio José Báez (@silviojbaez) December 23, 2022
Jornada de oración
Esta no es la primera vez que monseñor Báez desde su exilio en Estados Unidos demanda la liberación de los presos políticos, principalmente de su hermano, monseñor Rolando José Álvarez, obispo de Matagalpa, secuestrado por la dictadura desde agosto pasado y acusado por los supuestos delitos de “traición a la patria” y “ciberdelito”.
El 18 de diciembre pasado Báez convocó a una jornada de oración por el cese de la persecución a la Iglesia católica, la liberación de monseñor Álvarez, sacerdotes y laicos y todos los presos políticos del régimen Ortega-Murillo.
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En respuesta, la noche del 19 de diciembre el dictador Daniel Ortega dijo durante un acto de graduación de cadetes de la Policía, que nunca le ha tenido respeto a los obispos nicaragüenses, a quienes tildó de “fariseos”, “sepulcros blanqueados” y “somocistas”.
“Yo nunca les tuve respeto a los obispos, no podía creer en los obispos. Con algunos sacerdotes sí había acercamiento, eran la excepción los sacerdotes que tenían una práctica cristiana, como (el español) Gaspar García Laviana, que sin ser nicaragüense tuvo más compromiso con el pueblo”, dijo Ortega.
