Tras conocerse que el régimen de Nicaragua declaró «prófugo de la justicia» al padre Uriel Vallejos y solicitó a la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) su captura, el defensor de derechos humanos Gonzalo Carrión señaló que la vida del párroco de la iglesia Divina Misericordia en Sébaco corría peligro en Nicaragua debido al ensañamiento de Daniel Ortega contra la Iglesia católica.
El integrante del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más indicó que el sacerdote Vallejos se vio forzado a desplazarse «debido a una inminente posibilidad de ser privado de su libertad» y ahora se hace más eco, ya que la justicia orteguista lo acusa de menoscabo al integridad nacional y propagación de noticias falsas, al igual que monseñor Rolando Álvarez.
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Para Carrión, el temor del padre Vallejos de ser vulnerada su seguridad personal está comprobado «con esta infame acusación». Además, afirmó que si el religioso estuviera en Nicaragua estaría sumando la lista de más de 230 personas «injustamente detenidas y fuera uno de la decena de sacerdotes privados de libertad».
Tomando las palabras del párroco, el abogado dijo que quienes lo persiguen y ordenan su captura «son los que deberían estar rindiendo cuentas y que por cierto están involucrados en crímenes de lesa humanidad (…) y que —irónicamente— son los que imparten justicia y a la vez ordenan capturas, inventan acusaciones y son los que hacen sentencias y condenas sin juicios en la forma que corresponde al derecho humano».

«En ese sentido, el padre Uriel —Vallejos— eleva su voz, diciendo que quienes deberían estar sentados en el banquillo de los acusados son los que ordenan su captura y también han ordenado para ser circulado por la Interpol», recalcó.
Interpol y la orden de captura contra el padre Vallejos
En cuanto al oficio en contra de Vallejos, Carrión refirió que se debe de considerar que existen riesgos, pero señaló que la Interpol circula a personas que realmente han cometido delitos, «y no es el caso de las personas presas políticas, no es el caso del obispo —Rolando Álvarez— ni todos los sacerdotes, mucho menos del sacerdote Uriel Vallejos».
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Carrión manifestó que «ojalá que esa coordinación de la Policía e Interpol no sea un instrumento de esa persecución política», a su vez dijo que como defensor de derechos humanos a él le corresponde evidenciar la persecución «de la tiranía —de Ortega— a los opositores— donde quieran que se encuentren».
Finalmente, el abogado recordó que la oficina de la Interpol en Nicaragua está en el Complejo Policial Plaza El Sol en Managua «y un comisionado o comisionada —sin especificar nombre— es quien administra esa instancia, de tal manera que los riesgos son inminentes, por eso exhortamos tanto al padre Uriel Vallejos como a todas las personas que puedan estar circulados por la Interpol a fortalecer su autocuido».

Por su parte, el padre Uriel Vallejos criticó al régimen de Ortega indican que «no hay palabras en jerga nicaragüense para llamarlos; celebrando la Purísima, hoy acusando a un hijo de la Virgen María».
Hasta la fecha ya son 12 sacerdotes de Nicaragua que son presos políticos, a los que se les ha imputado delitos comunes o son acusados supuesta traición a la patria; la lista sería mayor, si muchos religiosos no hubiesen tomado la decisión de salir del país para proteger sus vidas.