Comunicadores, defensores de derechos humanos y opositores al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo han expresado su solidaridad con el delegado de la Agencia EFE en Nicaragua, el periodista nicaragüense Luis Felipe Palacios, que fue impedido de regresar a su propio país por órdenes de las autoridades de Migración y Extranjería.
Tras hacer público su exilio forzado, Palacios publicó un emotivo mensaje en su cuenta de Facebook: « ¡Hasta pronto mi Nicaragua! ¡Hasta pronto, familia! ¡Hasta pronto, familia de EFE en Managua! ¡Hasta pronto, valientes colegas nicaragüenses! ¡Hasta pronto, amigos! ¡Hasta pronto, familia del baloncesto de Nagarote! Primero Dios, regresaré. Los llevo en mi corazón».
Alertas Libertad de Prensa Nicaragua calificó como «destierro» la acción de la dictadura de Ortega y Murillo de bloquear el retorno del periodista. Luis Felipe Palacios había salido del país en un viaje de trabajo a Panamá, no pudo abordar el pasado 21 de noviembre en Miami el vuelo porque, según le comunicó la compañía aérea, las autoridades nicaragüenses le habían denegado la entrada.
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«La dictadura de Nicaragua sigue atacando a la prensa libre. Ahora prohíbe regresar a su propia patria al periodista de EFE Luis Felipe Palacios. Una acción criminal, cobarde y violatoria de la Constitución (Política) de Nicaragua», criticó el periodista y exembajador de Ortega, Arturo McFields en Twitter.
La Agencia EFE confía en que haya una «pronta solución» a esta negativa de retorno de Palacios a Nicaragua y que el periodista «pueda retomar su trabajo habitual en el país».
El periodista, de 44 años, había asistido en Panamá a los actos conmemorativos del 50 aniversario de la presencia de EFE en Centroamérica, en los que participó la presidenta de la agencia, Gabriela Cañas, así como el resto de delegados del medio de comunicación en los países centroamericanos y otros altos directivos.
«El ataque imparable a la prensa de Daniel Ortega no cesa», criticó el director de EFE en México, Alfonso Fernández en su cuenta de Twitter. «Mi abrazo a Luis Felipe Palacios, un gran profesional periodismo», publicó en la misma red social la periodista Lucía Pineda Ubau de 100 % Noticias.
Luis Felipe Palacios trabaja para EFE desde el año 2006 y fue nombrado delegado de la agencia en Nicaragua en 2011; ha cubierto para la agencia los acontecimientos más importantes ocurridos en Nicaragua en las últimas décadas, como la crisis que vive el país tras las protestas de 2018, cumbres presidenciales o catástrofes naturales, entre ellas el paso del huracán «Felix» en 2007.
«Es derecho de todos los ciudadanos nicaragüenses salir y retornar a su país sin restricciones por su labor informativa, demandamos alto al destierro de periodistas y disidentes nicaragüenses», afirmó en Twitter Alertas Libertad de Prensa Nicaragua.
Otros nicaragüenses enviados al «destierro»
La misma táctica usada con Luis Felipe Palacios, la dictadura la ha aplicado a un docena de nicaragüenses, entre ellos otros periodistas, religiosos, defensores de derechos humanos, feministas, médicos y académicos.
Además no se les ha permitido entrar al país a los nicaragüenses residentes en el extranjero: la periodista Tifani Roberts, Rosalía Miller, Felicia Medina y Lester Alemán, este último padre del joven del mismo nombre que fue condenado por delitos considerados «traición a la patria».
Otros nicaragüenses desterrados son el sacerdote Juan de Dios García, vicario de la parroquia Santo Cristo de Esquipulas, en Managua; Anexa Alfred Cunningham, miembro de un mecanismo de expertos sobre derechos de pueblos indígenas de la ONU; y el abogado Francisco Omar Gutiérrez. También el médico Joaquín Solís Piura y su esposa, y el escritor Mario Urtecho.
Otra afectada fue la socióloga feminista opositora María Teresa Blandón, quien venía de participar en una conferencia sobre población y desarrollo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), y en El Salvador, donde hizo escala, la línea aérea le informó que el Gobierno sandinista había prohibido su ingreso a Nicaragua.
El exrector de la UCA, el padre José Alberto Idiáquez, tampoco pudo regresar a Nicaragua en julio pasado, cuando se encontraba en México atendiendo problemas de salud, porque las autoridades no le renovaron su pasaporte. El sacerdote nicaragüense Guillermo Blandón, párroco de la iglesia Santa Lucía, de la Diócesis de Granada también fue impedido de regresar a Nicaragua tras un viaje por Israel.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) dijo en meses anteriores que las autoridades están violando la Constitución Política de Nicaragua, así como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que son instrumentos jurídicos reconocidos por el Estado nicaragüense.
«El régimen Ortega Murillo es un violador expreso de este derecho y se coloca al margen de la ley internacional. Ante la imposibilidad nacional, se impone el deber de protección de los Estados democráticos del mundo», indicó el organismo humanitario. Hasta ahora, el régimen sandinista no ha explicado los motivos por los cuales ha negado el ingreso a esos nicaragüenses.