El padre Uriel Vallejos, exiliado producto de la persecución del régimen orteguista, denunció que monseñor Rolando Álvarez, quien permanece secuestrado desde hace 111 días, se encuentra enfermo y la dictadura no permite que un médico privado lo asista.
«Monseñor Rolando Álvarez está enfermo. La atención médica la brinda el mismo sistema y su alimentación también», señaló el religioso en su cuenta de Twitter.
Asimismo, subrayó que los sacerdotes y seminaristas encarcelados también están presentando afectaciones en su salud por el encierro al que los somete la dictadura orteguista.
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«Fuentes confidentes confirman que uno de los sacerdotes está perdiendo la visión y los oídos. Los otros están sumamente delgados y enfermos. La alimentación es muy mala», detalló.
«Lo que sufren los sacerdotes, obispo y seminarista es inhumano», recalcó el padre Uriel Vallejos, quien asegura que monseñor Álvarez «no está con su familia» a como han comunicado las autoridades nicaragüenses y eclesiásticas.
El pasado 19 de agosto, agentes policiales sacaron por la fuerza al obispo de la Diócesis de Matagalpa de la Curia Episcopal, donde estuvo encerrado con otros sacerdotes y laicos por 16 días.
Lo poco que se sabe de monseñor Álvarez es que está en «resguardo domiciliario» en casa de uno de sus familiares. Según la Policía, está siendo «investigado» por desestabilizar el país, y «crear zozobra en la población de Matagalpa».

De acuerdo con información obtenida por Artículo 66, la casa donde se encuentra el religioso está ubicada en la comarca Los Madrigales, en carretera a Masaya, contiguo a la empresa Cargill.
Mientras que los otros religiosos están presos en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) en Managua, conocida como «El Nuevo Chipote». Además, los procesan por «conspiración a la patria».
Silencio de la CEN
Recientemente, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) emitió un comunicado en ocasión al tiempo de adviento que iniciará el próximo 27 de noviembre, afirmando que pese a las adversidades, incertidumbres y dolores, «nuestra Madre, la Virgen, no nos abandona».
Los obispos únicamente se enfocan en externar su preocupación por el éxodo de nicaragüenses y callan sobre la persecución del régimen de Nicaragua contra la Iglesia, que ha dejado a 11 religiosos presos, la expulsión de las Misioneras de la Caridad y el arresto domiciliar de monseñor Rolando Álvarez, a quien no se le ha visto ni se conoce sobre su estado físico y psicológico.
Monseñor Álvarez es uno de los 12 religiosos presos, a quien la dictadura de Daniel Ortega los señala de delitos comunes o por «desestabilizar el país». Según un análisis de la abogada e investigadora Martha Patricia Molina, es probable que la arremetida contra la Iglesia católica aumente en los próximos meses.