La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) emitió un comunicado en ocasión al tiempo de adviento que iniciará el próximo 27 de noviembre, afirmando que pese a las adversidades, incertidumbre y dolores, «nuestra Madre, la Virgen, no nos abandona».
Los obispos únicamente se enfocan en externar su preocupación por el éxodo de nicaragüenses y callan sobre la persecución del régimen de Nicaragua contra la Iglesia, que ha dejado a 11 religiosos presos, la expulsión de las Misioneras de la Caridad y el arresto domiciliar de monseñor Rolando Álvarez, a quien no se le ha visto ni se conoce sobre su estado físico y psicológico desde hace más de 100 días.
Pese a afirmar que reciben con alegría todas las fiestas religiosas que se han celebrado en los últimos, el clero señala que los motivos de alegría no nos impiden a la Iglesia reconocer las preocupaciones sobre el acontecer social, político y económico de Nicaragua, haciendo principal énfasis «la crisis migratoria, que es reflejo de un drama humano que nos interpela».
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La preocupación de la CEN llega en momentos que decenas de nicaragüenses han decidido salir del país debido a la crisis económica o por la persecución política por parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Dejar atrás el individualismo
El prelado también afirmó que como Iglesia católica en Nicaragua animan a los nicaragüenses a «caminar juntos, nadie debe quedarse atrás; todos debemos tener las posibilidades de desarrollarnos y hacer de Nicaragua un país de hermanos».
«Busquemos siempre hacer el bien, de forma que cada vez hablemos más como hermanos y dejemos fuera el individualismo». agrega el comunicado de la CEN con fecha del 16 de noviembre.
Además asegura que según las prioridades pastorales de la Conferencia Episcopal, se busca profundizar en las exigencias de «nuestra conversión personal y pastoral, para estar como Iglesia a la altura de la misión que el Señor nos ha encomendado».
A su vez, los religiosos animaron al pueblo católico a continuar firmes en la oración, «viviendo la liturgia del adviento como un tiempo de oración y de reflexión, caracterizado por la espera vigilante es decir, tiempo de esperanza y de vigilia- de arrepentimiento, de perdón y de alegría…».
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En referencia a la fiestas religiosas de fin de año, la Conferencia Episcopal informó que celebrará «con mucho fervor en cada parroquia, en sus sectores, en cada capilla, en cada área pastoral, en cada familia-como Iglesia doméstica-los novenarios a la Inmaculada Concepción, haciéndole su altar, a la virgen de Guadalupe y al niño Dios, elaborando el nacimiento».
La Iglesia católica de Nicaragua vive una ola represiva por parte del régimen de Ortega que se ha recrudecido en este 2022, donde ha condenado a dos sacerdotes, encerrado a otros 10, entre ellos monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, secuestrado desde el 19 de agosto.