El Gobierno de Estados Unidos otorgó el asilo político al exreo político nicaragüense Ulises Josué Rivas, originario de Santo Domingo, Chontales. La decisión la dio a conocer la jueza Rosche Robin, de Chicago, tras celebrarse el jueves, tres de noviembre, una Corte de Mérito, es decir, el proceso de última audiencia donde el judicial escucha la historia del solicitante y entrevista a los testigos.
«La jueza me hizo un interrogatorio profundo, donde narré todas las cosas que pasé en Nicaragua por ser opositor», dijo Rivas.
En entrevista con Artículo 66, el opositor de 34 años recordó que en julio de 2021 llegó a EE. UU. done estuvo tres meses en un centro de detención en Texas, para luego ser trasladado a Chicago, localidad en la que permaneció otros dos meses y medio detenido.
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Bajo el asesoramiento legal del abogado Ben Crouse y de cuatro estudiantes del último de la carrera de derecho de la Universidad de Madison y Wisconsin, el exreo de conciencia pudo salir bajo fianza y así seguir su proceso en libertad.
«El proceso duró 16 meses (…) donde se recabó todas las pruebas suficientes para solicitar mi asilo político y que el Gobierno de los Estados Unidos me concediera una Corte de Mérito, a cargo de la jueza Rosche Robin», detalló el opositor.
«Hablé con el corazón, me trasladé en mi mente a Nicaragua y pude contar lo que yo viví y todo lo que mi familia había pasado. Ya a las cinco de la tarde —del jueves— escuché el veredicto donde la jueza dijo que podía trabajar, podía vivir en los Estados Unidos y que en el plazo de un año llenara la aplicación para que obtuviera mi residencia permanente» , agregó aliviado el perseguido político.
El opositor confesó sentirse nervioso al estar frente a la judicial, pero a medida que pasaba el tiempo cobró ánimo para «despertar y decirme a mí mismo que tenía que darlo todo para poder obtener mi asilo, porque estoy seguro que Estados Unidos es un país de democracia y de libertad».
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Ulises Rivas afirmó que seguirá demandado justicia por la libertad de su hermano, el preso político Lázaro Rivas, y por todos los reos de conciencia de la dictadura de Ortega.
«Mi posición sigue firme y con la frente en alto. La llama que inició en abril de 2018 no debe apagarse, y más para los jóvenes que hemos pasado procesos dolorosos», concluyó.
