La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, a través del Ministerio de Salud (Minsa), apuesta por reducir el número de personas sepultadas en los cementerios de Nicaragua al inaugurar el primer Centro de Cremación en el Centro de Salud Carlos Lacayo Manzanares en el municipio de Mateare, en el departamento de Managua.
El servicio funerario es gratuito, aunque se deben cumplir requisitos mínimos para acceder a ello. La obra contó con una inversión de 22 millones de córdobas que fueron destinados del Presupuesto General de la República.
Las personas que quieran cremar a sus seres queridos tendrán que demostrar ser parientes en primer grado de consanguinidad: padre, madre, hijos, hijas o la pareja del fallecido. Además, presentar una copia de cédula y certificado de defunción. El Centro de Cremación atenderá de lunes a viernes de 8:00 a.m. a 5:00 p.m., o según haya demanda, refirieron las autoridades sanitarias.
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El sitio cuenta con servicios de administración, área de recepción donde pueden esperar los familiares, el vestíbulo para el personal y el área de cremación donde incineran los cadáveres. El cuerpo será cremado a una temperatura a partir de 800 grados celsius por unas cuatro horas.
Las cenizas serán entregadas a sus deudos en una urna de madera elaborada por emprendedores nacionales. En el país el servicio de cremación puede rondar entre los 950 y 1,350 dólares, según un sondeo realizado por Artículo 66 en varias funerarias del país. Hasta el momento se desconoce cuál será la capacidad operativa del Centro.
Datos sobre la cremación
Japón es el primer país del mundo en el que más se elige la cremación como rito funerario después de la muerte. El 99 % de los fallecidos en 2019 fue incinerado, según los datos recopilados por la Sociedad de Cremación de Gran Bretaña. En Europa, el país en los que más se elige la cremación es en Suiza, donde se realiza al 85,7 % de los fallecidos.
En España el porcentaje de fallecidos incinerados es del 45,5 %, en Portugal la incineración es más común que en España y supone el 57,7% de los ritos funerarios; en Italia y en Francia es inferior y únicamente alcanzan el 39 % y el 30,6 %, respectivamente.
La Congregación para la Doctrina de la Fe, el órgano colegiado de El Vaticano, que custodia la doctrina católica en la Iglesia, presentó en 2016 un documento donde afirman que la cremación no es contraria a «ninguna verdad natural o sobrenatural» y que esa acción no impide que aquellos que soliciten ser cremados obtengan los sacramentos, según información retomada por Infobae.
La Iglesia no ve razones doctrinales para evitar esta práctica, ya que la cremación del cadáver «no toca el alma y no impide a la omnipotencia divina de resucitar el cuerpo y por lo tanto no contiene la negación objetiva de la doctrina cristiana sobre la inmortalidad del alma y la resurrección del cuerpo».
La cremación es un proceso que, mediante el uso del calor, deshidrata y vaporiza un cuerpo a pequeños fragmentos óseos, cuyo resultado final se llaman cenizas. La incineración es considerada un proceso moderno porque existen crematorios con tecnología que no agrede el medio ambiente.