Los exaspirantes presidenciales Juan Sebastián Chamorro y Félix Maradiaga; junto a la activista Violeta Granera y el empresario José Adán Aguerri, cumplen este martes, 11 de octubre, 490 días se haber sido tomados como presos políticos de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Los rehenes de conciencia, con excepción de Aguerri, están cautivos en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocidas como «El Chipote», un centro donde han sido sometidos a tratos crueles, inhumanos y degradantes, según denuncias de familiares y organismos de derechos humanos.
A mediados de agosto pasado, Aguerri fue enviado a casa por cárcel por problemas de salud. Maradiaga, Chamorro y Granera fueron presentados ante los medios de propaganda de la dictadura a finales de agosto e inicios de septiembre, se les notó la pérdida de peso y los estragos que ha causado más de un año de encierro forzado.
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En marzo de este año, la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) informó que Aguerri, integrante de esa organización, presenta hongos en su espalda y pecho; pérdida parcial de la visión en su ojo izquierdo, otitis —infección del oído— y migraña.
A José Adán Aguerri la justicia nicaragüense lo acusó de supuestamente «conspirar para cometer menoscabo a la integridad nacional» y el juez Quinto de Distrito Penal de Juicios, Félix Ernesto Salmerón Moreno, lo condenó a 13 años de prisión.
El ocho de junio de 2021, la dictadura orientó los «secuestros», a solo cuatro meses de sus ilegítimas elecciones. Los cuatro opositores fueron condenados por el supuesto delito de «conspiración para el menoscabo a la integridad nacional».
La justicia orteguista impuso sentencias de 13 años contra Chamorro y Maradiaga, mientras que Granera fue condenada a ocho años. Los rehenes de conciencia enfrentaron siete audiencias que, según sus defensores, estuvieron «plagadas de irregularidades».
Durante el juicio, a Chamorro y Maradiaga «se les impidió hablar en cualquier momento de su juicio; solo se les permitió indicar «sí» o «no» con la cabeza e incluso fueron castigados por hacerlo con demasiado entusiasmo.
Actualmente, Granera, de 70 años, presenta problemas de salud. Sus familiares denuncian falta de atención médica. La presa política ha presentado crisis de presión alta; padece problemas cardiacos y su cuerpo tiene manchas blancas y rojas.
Durante el juicio, la Fiscalía presentó a 27 agentes de la Policía como testigos en contra siete presos políticos, incluidos Maradiaga, Chamorro, Granera y Aguerri. La única prueba que se les imputaba era su participación a un grupo de WhatsApp y unas entrevistas de televisión. También presentaron la supuesta evidencia material, incluyendo objetos que fueron obtenidos durante los allanamientos ilegales a las casas de los presos.