Monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, sigue demandado al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo que informe sobre la situación legal y física de monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, secuestrado desde el cuatro de agosto.
«Como obispo exiliado, comprendo lo que vive mi hermano obispo, Rolando Álvarez. Yo sé lo doloroso que es para un obispo ser privado de estar con su pueblo», señaló el prelado desde su cuenta de Twitter.
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«Exijo saber dónde y cómo está Rolando —Álvarez—, y que sea liberado ya», exigió el religioso; además pidió «a la Iglesia en el mundo entero unirse a esta exigencia».
Báez ha sido una de las voces religiosas que más ha demandado a la justicia orteguista informar sobre monseñor Álvarez, quien este martes, 27 de septiembre, cumple 57 días de estar secuestrado.
El también administrador apostólico de la Diócesis de Estelí fue privado de su libertad desde el cuatro de agosto, cuando la Policía al servicio del dictador Daniel Ortega cercó la Curia Episcopal donde se encontraba. El 19 del mismo mes, agentes policiales asaltaron el reciento donde se encontraba junto a sacerdotes, dos seminaristas y un laico.
El jerarca fue reducido a «arresto domiciliar» mientras que a sus acompañantes los recluyeron en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como «El Nuevo Chipote» en Managua, donde siguen cautivos, llevando un proceso calificado por especialistas como anómalo y arbitrario.
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Aunque no se sabe de manera oficial dónde está monseñor Álvarez, una fuente reveló a Artículo 66 que el sacerdote se encuentra en casa de unos familiares, cerca de la empresa Cargill, en carretera a Masaya.
Después de las protestas sociales del 2018, la dictadura de Ortega ha arremetido contra la Iglesia católica de Nicaragua, tildándola de «golpista» y «terrorista». En este 2022, la institución religiosa ha experimentado la mayor represión que habría vivido en el país.
Hasta la fecha, el régimen mantiene tras las rejas a nueve sacerdotes, dos de ellos —monseñor Leonardo Urbina de Boaco y el padre Manuel Salvador García— condenados por delitos comunes, además ha impedido la libertad de culto,
Por su parte, el régimen de Nicaragua no ha dado muestra de querer solucionar la crisis que vive Nicaragua, más bien sigue asediando e impidiendo la liberad de culto y procesiones.