La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo continúa atacando a la Iglesia católica. La más reciente arremetida se enmarca en la expulsión de Nicaragua a la Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús, quienes se encargaban de asistir el Santísimo y rezar el santo rosario en la catedral de Matagalpa.
Las hermanas son la segunda congregación de religiosas que la administración orteguista ha expulsado del país. El pasado seis de julio, el régimen desterró a las Misioneras de la Caridad.
Este martes, 20 de septiembre, las Religiosas de la Cruz fueron recibidas por sus homólogas en México, tras abandonar el territorio nicaragüense. «Dando la bienvenida a las hermanas que están llegando de Nicaragua», escribieron las hermanas mexicanas en redes sociales.
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Hasta el momento, las autoridades nicaragüenses no han brindado ninguna información al respecto de la expulsión de las monjas. Se desconoce las razones de este nuevo ataque de la dictadura de Ortega contra la Iglesia católica.
La congregación Religiosas de la Cruz es de origen mexicano y fue fundada en 1897, por la Beata Concepción Cabrera de Armida (Conchita).
La expulsión de las hermanas se da bajo un contexto de persecución religiosa en Nicaragua, donde el régimen de Ortega-Murillo no ha dado tregua y continúa hostigando a la Iglesia.
En marzo, la dictadura orteguista expulsó al entonces nuncio apostólico de Nicaragua, monseñor Waldemar Stanislaw, decisión que el Vaticano calificó como una «medida unilateral injustificada».
En julio, las Misioneras de la Caridad, una organización fundada por la Madre Teresa de Calcuta, que había estado trabajando en Nicaragua desde 1988, fue despojada de su estatus legal y las dieciocho monjas de la orden fueron obligadas a abandonar el país.
En agosto, la Policía al servicio de la dictadura impuso a monseñor Rolando Álvarez casa por cárcel de facto y a las ochos personas, entre sacerdotes y laicos, que acompañaron al obispo en la Curia permanecen detenidos en El Nuevo Chipote.
Otros cuatro sacerdotes han sido arrestados desde junio de este año y otros han tenido que salir al exilio, como el caso del padre Uriel Vallejos, quien se encuentra en Italia.
Poco a poco, la dictadura de Ortega ha ido engrosado la lista de sacerdotes presos, hasta el momento son más de diez religiosos que está siendo parte de procesos judiciales en su contra y dos ya fueron condenados.